Cap 38

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Narra Sam:

-¡Señorita Miller!-Corro a saludar al señor Harrison y escucho unos ladridos. Mi corazón se oprime.-Max, silencio, estoy saludando a tu madre- Abrazo al señor Harrison y recibo fuertes empujones en mis piernas. Max esta saltando como loco. -Maximiliano Miller si te vuelves a orinar en mi recibidor juro que no te dejo entrar al edificio.

Me arrodillo para acariciarlo pero salta sobre mi y me deja sentada en el suelo con la cara llena de sus babas. Esta haciendo unos chillidos como su estuviera llorando.

-Max, ya, cálmate-me pasó el dorso de mi mano por la cara- Quieto.

Max me pega un empujón juguetón y corre por todo el lugar saludándonos. ¿Y ese pañuelo rojo?, que recuerde no la tenia cuando le fui. Bueno, me queda uno que otro borrón en mi cabeza pero estoy muy segura de que ese pañuelo no lo tenía.

-¿Cómo estuvo su viaje?, todos traen unos bronceados increíbles, ya quisiera uno darse el tiempo para ir a tomar sol-Ríe.

-Excelente- Responde Caitlin- Es más le trajimos un obsequio-Apoya su cartera en el suelo.

-¿Para mi?-cuestiona asombrado-No se hubiesen tomado la molestia.-Cait saca un llavero que consiste en una pequeña botella de vidrio llena de arena y con conchitas de mar-Pero que hermoso, muchísimas gracias.-Deja el obsequio junto con sus llaves -Señorita Samantha permítame decirle que se ve estupenda, y se ve mucho mejor de salud, casi ni tiene motetes.

Muevo mis brazos-Supongo que fue ayuda del sol.

-Creo lo mismo señorita.

Max hace unos ruidos extraños al ver a Ethan y salta sobre el lamiéndole la cara. Él se pone de cuclillas y toma en brazos a mi gigante perro. ¿Cuándo creció? Eso si que no lo recuerdo. Se que ya era grande de tamaño pero este último tiempo se pegó un estirón o algo así

-¿No le ha dado muchos problemas?-Pregunto tomando mi maleta.

-No, para nada, él es muy inquieto pero nos hemos entretenido, me ha acompañado a todas partes, inclusive a mis rondas en la noche, es un gran perro guardián, imagínese que saque en la noche a su perro a que hiciera sus necesidades cuando le intentaron robar el celular a un chico del piso de arriba y su perro persiguió por el estacionamiento al ladrón y saltó sobre él, así pudo ir el equipo de seguridad y llevárselo.

-Wow, ¿nuestro Max hizo eso?

-¿El mismo perro vago que ni mueve las orejas cuando suena la puerta?

Ni Cait ni yo intentamos ocultar nuestro asombro.

-Vago como las dueñas-Dice Tyler pasando con  el resto de los bolsos al ascensor.

-Claro señoritas, al otro día vino el mismo chico al que le intentaron robar y le obsequió a Max el pañolin que trae puesto, y el resto de los vecinos le compraron un envase lleno de galletas como premio.

-Que maravilla, no conocíamos ese lado de Max.

-Como aún es un cachorro le resulta fácil aprender cosas, por lo que si les interesa lo pueden inscribir en clases para perros, así podría agudizar sus instintos de protección.

Me quedo viendo a Ethan jugando con mi perro, es una enternecedora imagen

-Lo pensaremos-Contesta Cait.

-No les quitaré más tiempo para que puedan subir a descansar.

-Señor Hartison muchísimas gracias por cuidar  de Max, se lo agradecemos mucho.

-Gracias a ustedes por darme a un compañero este tiempo, me sentí más acompañado con él a mi lado.

Se abre el elevador y nos ayuda a meter nuestro equipaje.

Enséñame a vivir sin tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora