Capítulo #1

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-¡LALI, BAJA AHORA MISMO!, grito mi padre desde la cocina

-Ya va.

No todo es como antes. León se volvió más violento, mas frío y cruel. Ahora nos vive pegando a mi madre Tara y a mí, no se que le habrá pasado, lo único que sé, es que debo tenerle miedo. Cualquier resistencia u oposición contraria a él, causaría una grave explosión de furia sobre mí y mi madre.

-¡SI NO BAJAS A LA CUENTA DE 3, YA VAS A VER!, volvió a vociferar

-No padre, por favor, estoy bajando.

Al llegar al último escalón, noto a mi padre muy serio y enojado parado en mitad de la sala.

-¡QUÉ TE HE DICHO SOBRE TUS COSAS SOBRE MI MESA!

-Yo, este...

-¡SACALAS YA DE ACA SI NO QUERES QUE TE DE LA GOLPIZA DE TU VIDA!

-No papá, te lo ruego, ya las saco. Dije sollozando

-¡MIRA INSOLENTE, ANDATE DE MI CASA EN ESTE INSTANTE!

-Pero, yo pue...

-¡NO DIGAS NADA, SOLO VETE SI NO QUIERES QUE TE SAQUE A LA FUERZA!

Salí casi arrastrada por León, a partir de ahora le llamaré así, no tiene el derecho de ser nombrado mi papá.
Al salir, caminé por todo el pueblo; esa es la desventaja de este lugar, al ser muy pequeño y estar muy aislado de la ciudad. Si me escapo, León me encontraría.
Me detuve en un pequeño lago congelado, al ser invierno, las aguas estaban en ese estado.
Me senté en un banco de por allí y me detuve a pensar:
¿Por qué ahora nos trata así?
¿Hemos hecho algo malo?
¿Cómo podremos afrontarlo?
Estas preguntas corrían por mi cabeza y me confundían.
Antes que pudiese pararme apareció un perro blanco albino que era hermoso, pero me di cuenta que estaba perdido. Agarré su collar y leí su dirección, quedaba a pocas cuadras de aquí, entonces fui a llevarlo a su casa.

Al llegar a su casa, muy bonita por cierto, toque el timbre. Me atendió una señora de unos 35 años.

-¡Hola!, ¿cuál es tu nombre?

-Lali, ¿y el suyo?

-Oh, disculpa, Soy Emma.

-Un gusto, Emma

-¿Qué te trae por aquí?

-Se perdió este hermoso cachorro, ¿es de usted?

-Sí, es mío, gracias por encontrarlo y traermelo

-Mejor dicho se encontró solo, jaja

-¡Luz, te he dicho que no dejes la puerta abierta! Regañó a alguien.

-Perdón. Se escuchó una voz algo divertida

-Disculpe, a quién le habla?

-A mi hija, no te preocupes, a veces es algo distraída.

-No pasa nada.

-Bueno señorita, un gusto conocerla.

-Lo mismo digo Emma.

-Bueno, ¡Hasta pronto!

Al salir de aquella vivienda me puse rumbo a mi casa.
Al llegar, salió mi padre gritando desde su habitación

-¿¡DÓNDE ESTUVISTE!?¿¡QUIÉN TE DIÓ PERMISO PARA SALIR!?
-Pero... Vos me dijiste que me vaya de casa...
-¿ME ESTAS ACUSANDO DE MENTIROSO? ¡VAS A VER SI SOY MENTIROSO DESPUES DE ESTO!

Y como ya se imaginarán, León me estampo una cachetada en la cara tan fuerte que caí al piso desmayada.

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⏰ Última actualización: Jul 27, 2017 ⏰

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