Llegando a casa

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Reg estaba contando para todo el que quisiera escuchar la historia de cómo nos habíamos escapado al bosque prohibido para evitar que Filch pudiera registrarnos como sospechosos  de la última broma de fin de curso.

Pero, hasta ahora, yo había peleado con un nomo (que me había vencido) y el había estado peleando con un ogro, pero había tenido que parar todo para rescatarme cual príncipe a su damisela en apuros.

– ¡Hey! ¡No había ninfas del bosque que intentaran seducirte! – me quejé, por las puras ganas de interrumpir nada más.

– Callate o te saco de la historia. –  hubo un coro de risas, y una chica, Anna no-sé-su-apellido, se apuró a shushearnos a todos para que Reg pidiera terminar la historia.

Saqué mi celular del bolsillo,  revisé mis mensajes en hexapp y nada, absolutamente nada de nada, lo que era decepcionante porque ya me había aburrido de ser rechazado por las ninfas en la historia de Reg. Mis últimas descargas estaban terminadas, el PDF del libro para historia universal estaba ya descargado, los archivos Word con los trabajos prácticos de pociones y transfiguración estaban totalmente cargados y Jacky todavía no me había pasado las respuesta del trabajo de encantamientos, lo que considero bastante ofensivo dado que yo pasé las primeras dos horas del viaje haciendo el trabajo de defensa contra las Artes oscuras que inmediatamente le mandé.

– Entonces el Centauro intentó dispararme una flecha pero con mis super reflejos la esquivé y salvé a Drix de la que iba dirigida a él, mientras que Nila, la ninfa que les digo, hizo un campo de fuerza con el agua del lago para protegernos porque venían más y más centauros queriendo echarnos. – el iba a seguir hablando pero la tentación de interrumpirlo de nuevo era demasiada.

– Y te measte del miedo cuando una flecha especialmente afilada casi te da en la cabeza. –

– Por supuesto... Espera ¿Qué? – típico de Reg, escucho el coro de risas de nuevo y mi amigo me mira con su mejor cara de estas jodido amigo, muy jodido.

– Jaja, muy divertido, Drix. – sip, positivo, Reg va a matarme, pero habrá valido la pena, los aedos cantarán mi nombre y alabarán las risas estrepitosas que causé para que Weasly dejara de fanfarronear.

Pronto mi primo terminó con su historia y muy seguidita sonó la campana que indicaba que habíamos llegado a destino.

Me bajé en la estación de Kings Cross y fui recibido por mis padres. Sino me equivoco tienen una caja de pastelería. Creo que voy a ser afortunado hoy (Y no, no ese tipo de buena fortuna).

– ¡Mamiii! – sí, le digo mami a mí mamá, sí soy infantil, bla bla bla.

Ríanse ahora, pero yo sí voy a tener torta selva negra de postre hoy. Ustedes que se ríen y soy fríos con sus mamás obtienen menos golosinas que yo, es una estadística certera.  – Ah, hola papá. – ¿Qué? El no es el que está sosteniendo la torta selva negra que ya puedo oler.

¿Qué tal te fue? ¿La pasaste bien? ¿Hiciste ejercicio? ¿Qué aprendiste?
¿Ya sabes hacer el conjuro de...?

Son las preguntas que reinaron durante el viaje hasta casa, vivo cerca del Regent's Park, lo que es conveniente porque el trayecto es relativamente corto en auto y lo único que quiero hacer de momento es encerrarme en mis auriculares.

Flying through the sky
Reaching the top of this mess
I hear the cursed's cry
Gray and black all above us
Nothing to lose, something to try
Feeling the sharp breeze's caress

Llegamos a casa y me bajé del auto, estoy segurísimo de que estoy desafinando la canción pero bue, estoy en mi casa y si Reg, Andy y Thumps me soportan en mis recitales constantes en el dormitorio el vecindario no puede menos que aguantarme también, total son tres meses nomás.

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⏰ Last updated: Dec 01, 2016 ⏰

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Y llegó la modernidadWhere stories live. Discover now