El ojiazul veía su reflejo gracias al espejo que se encontraba colgado en la pared.
Su cabello estaba extremadamente ordenado y recogido por una coleta baja, éste vestía un traje negro hecho a la medida y sus zapatos se hallaban recién lustrados para la ocasión.—Kagamine Len —llamó al susodicho un hombre de cabello castaño oscuro— su padre lo espera afuera.
—De acuerdo, bajo en seguida —el rubio soltó un suspiro como si con eso consiguiera dejar salir todo su estrés y agotamiento— ya queda poco —musitó, acto seguido decoró su rostro con una pequeña sonrisa— ¿Dónde dejé la corbata? —preguntó al aire, pues no había nadie junto a él.
Estuvo un rato buscando dicho objeto, pero sus intentos eran en vano. Ya había revisado en su closet, dio vuelta su cama e inclusive buscó en su baño personal, pero no había
rastro de la prenda.—Len —habló una voz femenina detrás de la puerta, ella la abrió lentamente para entrar a la alcoba de gran tamaño— Hiyama dijo que te entregue esto —la de menor estatura mantenía en su mano una corbata roja, la cual era buscada unos segundos atrás.
—Muchas gracias, Rin —agradeció con una sonrisa a su novia— era justo lo que estaba buscando —una risa salió por los labios de la rubia, llenando la habitación de un aire alegre.
—No es nada —ésta hizo una leve reverencia fingiendo ser una sirvienta más de la enorme casa, acción que liberó el paso a una sonora carcajada por parte del contrario— pontela, nos esperan abajo —la ojiazul colocó sus manos detrás de su cuerpo, sin quitar su característica sonrisa del rostro.
Len intentó acatar la instrucción dada por Rin, pero le fue inútil ya que no conseguía realizar el nudo.
—Déjame ver, manos torpes —la de cabellera dorada se acercó y realizó el nudo con rapidez y agilidad— listo.
—Gracias Rin —el ojiazul agradeció para luego sonreírle a su novia.
—No es nada —ésta depositó un beso en la mejilla del contrario, luego se alejó— vamos, nos esperan abajo —dijo jalando la manga de Len, él resopló ya que en definitiva no quería ir a cenar al restaurante que su padre escogió.
Ya estando en la primera planta de la casa ambos padres de Len, esperaban a éste mientras revisaban sus celulares, el mayor de los cuatro levantó la mirada al escuchar unos pasos acercarse, su mujer imitó su acción unos segundos después.
—¿Estás listo, cariño? —preguntó la madre acercándose a su hijo.
—Sí —respondió fríamente.
—En ese caso, vamos —el hombre de cabello rubio salió de su casa mientras que las tres personas le seguían por detrás, cuando ya estaban fuera se subieron a la limusina y empezaron su recorrido.
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Cuando llegaron al restaurante, unos hombres con traje se encontraban sentados mientras los esperaban, la familia —y novia del hijo— se acomodaron y las pláticas de trabajo no tardaron en comenzar.
El rubio descansaba su cabeza en la palma de la mano y miraba su comida con desgano mientras la removia con su mano ágil.—Len —habló su padre, éste levantó la mirada sin ánimos.
—¿Qué sucede? —cuestionó bajando su brazo de la mesa.
—Estos señores han conseguido un puesto en su empresa para que trabajes en ella —respondió Allen a su hijo.
—Y ¿En dónde es? —preguntó algo desconfiado.
—En Inglaterra —respondió uno de los hombres.
—Ha de ser una broma ¿No? —dijo Len molesto— ¿Acaso quieren que vaya allí y cuide a la reina Isabela? —preguntó con sarcasmo tras fruncir el ceño.
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Escapar [RinxLen]
FanfictionEl rubio corría por el blanco lugar, éste no sabía donde se encontraba y mucho menos el por qué estaba ahí. Sus piernas dolían y temblaban, pero no se detuvo. Su respiración era agitada, pero no dejó de correr. Sus ojos estaban llenos de lágrimas y...