Cap 2

13 2 1
                                    


Comencé a revisar por el primer piso que eran las oficinas de los doctores, todo estaba bien, unas que otras luces encendidas, pero nada fuera de lo normal. Seguí caminando hasta llegar al segundo piso, sala de emergencias, había unas personas mal heridas que habían entrado hoy, descansando. Todo estaba bien por esta zona, cogí el ascensor para subir al tercer piso donde se encontraban las personas internadas y delicadas de salud, fui de cuarto en cuarto para verificar que todos estén bien y sí, todos estaban bien. Ah! Llego la hora, eran las 3:00 a.m y llegaba al cuarto piso, el piso abandonado, el piso donde murió el señor Kim.


Subí por el ascensor, de nuevo, comenzó a sonar la típica música de ascensor, esa música la cual odio! Llegue rápidamente al cuarto piso, todo, absolutamente todo estaba oscuro, no había ni una pequeña luz, me acerque a los interruptores para poder encender la luz pero solo se encendieron dos focos del pasillo y solo uno de una habitación, esto sería realmente aterrador para cualquiera pero a mí me daba igual. Caminaba por el pasillo, eran las 3:05 a.m y no pasaba nada, debí suponer desde un principio que era mentira. Pase de habitación en habitación, todo estaba oscuro, las camas eran muy viejas, no habían colchones y todo tenia polvo, todo bien. Así fui pasando, llegue a la habitación del señor Kim, la habitación 330, estaba con candado por alguna razón, nadie podía abrirla. Eran las 3:20, me quede un rato parada en esa puerta la cual cruce para ayudar a mamá varias veces, no pasaba nada. Luego de diez minutos decidí irme. Gire hacia el ascensor para poder bajar pero ahí estaba una pelota roja, no recordaba haberla puesto antes ahí, me acerque pero esta comenzó a rodar por si sola hacia mi... o eso yo pensaba, en realidad fue hasta la habitación del señor Kim, me asuste cuando paso delante de mí. Paro de repente en la puerta que indicaba su habitación. Camine hacia donde había parado la pelota y la puerta se abrió de repente rompiendo las cadenas, esto hizo que yo diera un salto. La puerta se abrió dejando ver todo lo que había dentro, la pelota siguió hasta la mitad de aquel cuarto oscuro, decidí entrar para investigar mejor, pero apenas entre las luces se encendieron por si solas dejando ver rallones en las paredes, estaban llenas de palabras como "Muerte" "Venganza" "Amor prohibido" y uno que me llamo la atención... "Lee Eun Byeol", esto realmente me asusto, las paredes se comenzaron a llenar de sangre y entre en pánico, rápidamente me dirigí hacia la puerta para salir lo más pronto posible de aquella habitación pero esta se cerró faltando poco para que llegara a ella. Intentaba abrirla, jalaba con fuerza pero no podía, todo esto se estaba saliendo de control, no podía estar pasando. Mientras seguía en mis fallidos intentos de abrir la puerta alguien susurro en mi oído diciendo..."Eres..." giré rápidamente con mucho temor, esa era la voz del señor Kim, era idéntica. Miraba hacia todos lados pero no veía nada, las luces se apagaron y no tuve otra opción mas que gritar hasta que otro susurro apareció en mi oído...'"mi..." no quería que esto siga, quería que pare, no soportaba esto.
-No, no hagas esto por favor señor Kim!.-dije tapándome la cara con mis manos.
-Ahh.-suspiro alguien cerca de mí, cosa que me asusto y me hizo tener escalofríos.
-Por favor, no te he hecho nada, dime que es lo que no te permite ser libre y te ayudare.-le dije con mi respiración súper agitada.
-Quiero... que....-dijo él, el señor Kim.
-Que quieres! Dime de una vez.-dije gritando.
-Que me ames como yo te ame.-dijo muy cerca de mí.
-No puedo amarlo, usted está muerto.-dije tratando de ver algo entre tanta oscuridad pero no lograba ver absolutamente nada.
-Venganza.-dijo en mi oído de repente haciéndome estremecer.
-Venganza? -dije.
-Amor.-volvió a decir muy cerca de mí.
-No sé a qué se refiere señor Kim....
-TAEHYUNG!-grito haciéndome estremecer.
-Lo siento, lo siento, no recordaba su nombre.-dije tapando mi rostro.
-Te quiero.-dijo y en ese momento un frio inmenso recorrió mi cuerpo.
-Yo...usted.. No existe señor Tae...-le dije y en ese mismo momento volvió a hablar.
-Justicia.-dijo como forma de suplica y de repente las luces se encendieron y vi algo que solo tenía en recuerdos, el cuerpo del señor Tae postrado ahí en aquella cama con sabanas blancas y mi madre saliendo junto conmigo de dela habitación, era ese día, el día en el que el señor Tae murió.

3:30 a.m, 330, Kim TaeHyungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora