〚El hidratante del alma〛

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El hidratante de tu alma es la oración. Si no oras, tu alma se reseca, pero a medida de que haces de la oración una necesidad así como el agua sacia tu sed, y confías en Dios, todos tus afanes y ansiedades desaparecen y aprendes a reposar y esperar en el Señor.

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