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A pesar de que ella no sintiera lo mismo, ya que era impensable, comenzaron a volverse más cercanos. Lo hacían todo juntos: almorzar, escuchar música, hacer la tarea e incluso, ir a las mismas fiestas.
Con el tiempo se volvieron inseparables y el amor del muchacho fue creciendo más y más. Para ese entonces, ambos tenían 20 años y soñaban con vivir juntos. Se habían vuelto mejores amigos, habían formado un lazo que según ellos pensaban era infranqueable. Sin embargo, lo que ninguno de los dos sabía era que el amor que el joven sentía hacia ella sería lo que acabaría con esa amistad.

Tan cerca pero tan lejosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora