Parte 4.

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  Hoy Lidia me llevó a su casa para mostrarme algunos trofeos del club de fútbol, me llevó a su habitación, yo estaba un poco nervioso, Lidia no dijo nada y tampoco yo dije algo.
-Mati, yo...yo...- se lanzo a mi abrazándome- yo te...um...- ella no podía terminar su frase.
-lo se- dije sin responder a su abrazo.
-¿de verdad? ¿te diste cuenta como me sentía después de todo? - sonríe- he querido hacer esto por mucho tiempo, estar tan cerca tuyo me calma, hueles tan agradable- pega su rostro en mi pecho y luego vuelve a mirarme- hey compañero, tu siempre tenias las mas altas calificaciones, todo el mundo iba a verte al club de fútbol, tan popular, yo te envidiaba, quería que tu...- traga saliva - pero estabas muy por delante de mi, siempre pensé que me veías solo como un gerente ¿pero tu sabias que yo era mas que eso?- frunce el ceño- por favor acepta mi abrazo- exige-.
-espera Lidia!-  dije rechazándola por completo.
-¿de verdad no recuerdas por que perdiste la memoria? ¿por que estabas tan cerca de la muerte?- frunce el ceño- eras tan resistente como una cucaracha- dice y me hace sentir muy extraño, ahora su exprecion es de locura - si hubieras muerto en aquel entonces, estoy bastante segura de que te apuñale en el corazón con esta misma mano- dice mientras levanta levemente su mano derecha- si, estoy segura de ello ¿me podría equivocar? también golpee tu cabeza con un bate, estaba bastante segura de que te había matado, yo estaba muy sorprendida, ya sabes, pensé que habías muerto, pero luego te vi en el hospital con vida cuando salia de haberme tratado una herida que me habías provocado antes de quedar moribundo.
mientras decía eso Lidia removía algo dentro de un cajón dentro de su habitación, en el momento que lo vi, cuando vi lo que era retrocedí con pánico - eres malo Mati, rechazar a una chica como lo hiciste es terrible- ella levanto un cuchillo , lo agitaba en el aire -¿por que te asustas? ¿tienes miedo de mi? tus rodillas tiemblan. 
En efecto tenia mucho miedo después de verse como una total desquiciada ¿ella me había hecho esto? un fuerte dolor de cabeza ataca.-supongo que eso significa que aun quieres vivir, a pesar de que no eres mas que basura absoluta-.
-quiero salir de aquí Lidia- dije al notar que comenzaba a bloquear la salida.
-¿salir de aquí?- pregunta ella- estoy perfectamente normal en este momento, no hay que preocuparse.
-¿que te sucede?- pregunte horrorizado.
-supongo que no te acuerdas de lo que me hiciste, un sin fin de acosos y burlas de mi, cada día, eso es lo que me hiciste.- aclaro su garganta y fingió una voz gruesa- muestra tus bragas, déjame capturar una sensación, vamos niñita...-finaliza.
-¿ de que hablas?- pregunte horrorizado.
-un estudiante genio de grado que era popular entre las chicas y sin embargo era así detrás de las escenas ¿quien lo hubiera pensado? fue duro para mi, incluso si fuera tratado de decirle a todos la verdad probablemente hubiera terminado suicidándome, nadie me habría creído, me di cuenta de que esta existencia infernal continuaría a menos de que me ocupara de ella con mis propias manos- da un paso hacia mi, me provoca incesante terror- no te preocupes, te voy a matar lentamente, después de todo yo...yo te odio, te detesto, te desprecio yo no puedo soportarte, quiero matarte- ríe sin control- esta vez exprimiré toda la vida que queda en ti.
mi corazón a un ritmo acelerado procesaba todo, ella era ese enloquecido asesino, esta vez las cosas no terminarían igual, me lance a Lidia sujetando sus manos, el cuchillo voló, desarmada era indefensa contra mi, Lidia se asusto y trato de agarrar el cuchillo pero lo pateo aun mas lejos, puse mis manos al rededor de su cuello y apreté con todas mis fuerzas, Lidia me miraba con una cara pidiendo que me detenga, no deje de hacerlo en lo absoluto, definitivamente iba a matarla, finalmente sentí como su cuerpo se relajaba, solté mis manos de ella, no fue suficiente ella aun no había muerto así que agarre uno de los tantos trofeos que estaban en su habitación y la golpee con el, una vez, dos veces, tres veces, durante un tiempo, todo, todo lo que podía pensar era golpear a Lidia, ella había dejado de respirar un tiempo atrás, ya la había matado, la mate por que ella trato de matarme, no era nada mas que defensa propia. ¿ un castigo justo ?.

¿cuanto tiempo ha pasado desde entonces? todavía no se había encontrado al asesino de Lidia Magiben ¿quien la mato? nadie lo sabia mas que yo. hoy es el día en el que salgo del hospital, recogí mis cosas y comencé a caminar por el pasillo, cuando lo vi no lo creí, en una habitación con la puerta ligeramente abierta había una cara que había visto antes, acostada en la cama era Lidia, estaba cubierta de lesiones, la mayor parte de su cuerpo estaba envuelto en vendas, estoy seguro de que era ella, los ojos vacíos de Lidia me miraron, di un paso hacia atrás sorprendido pero no hubo reacción en ella, con una sonrisa en su rostro ella me pregunto.
-¿quien eres tu?-.

Amnesia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora