De pequeños deseamos crecer y ser mayores. Nos ponemos los tacones de mamá, corbatas de papá...
Pedimos cajas de maquillaje, pendientes grandes, vestidos largor, gafas de sol grandes... Pedimos poder disfrazarnos de niños mayores cogiendo la ropa de nuestros padres y a todos les parece bien.
Pero hoy día...si alguna adolescente quiere disfrazarse de alguien mayor, la critican. Si se pinta, se pone unos tacones o simplemente se arregla un poco más de lo que si edad "le permite" el resto dice "¡mira! Ya se cree mayor y parece una tonta..." ¿Por qué? Yo pienso que eso no debería ser así, porque sigue siendo una niña que quiere crecer.
Sí, puede que "no este bien" en cierto modo, pero ella tiene la libertad de vestir como quiera y no por ello la gente tiene que criticarla. Más que nada porque en poco tiempo crecerá de verdad y no podrá disfrazarse...querrá volver a ser una niña, se dará cuenta de que ha crecido demasiado rápido y echará de menos lo que tuvo y no lo aprovechó.
Con lo rápido que quisimos crecer para ver la vida más bonita...y lo que no sabíamos era lo bonita que era la vida cuando eramos niños.
Pero no importa sentirse niña al ser mayor, dejemos que nuestro niño interior salga de vez en cuando para disfrutar con la ilusión que tuvimos aquellos días... La ilusión de abrir los regalos el día de reyes, el primer diente que se cae, tu primera muñeca...son cosas que al crecer no apreciamos tanto y da pena... Da pena ver que encerramos nuestra ilusión e inocencia para ser formales y serios y afrontar la vida.
Dejemos que los niños nos llenen de alegría nuestras vidas y seamos uno de ellos...y ahora OS pregunto:
¿Jugamos a ser niños?
