Viernes 03 de septiembre 2016
Que puedo decir, ¿que siento vergüenza? Talvez la sentiría, si no fuera por que me siento sola. Si no lo estuviera no lo haría, por lo menos no sola.
He vivido toda mi vida en Mortall, curioso nombre en realidad. Mis padres murieron cuando yo tenía 14 años, por lo cual me siento atada a este lugar, y por lo que aún no me he ido.
Vivir sola en un internado no fue fácil para mí y creo que para ninguna de mis compañeras lo fuera.
Desde que cumplí la mayoría de edad me aventuré a un trabajo aburrido y a una vida aburrida, como se suponía debía ser.
Pero algo en mi me decía que eso no era todo lo que tenía que hacer, que había algo más, algo que yo deseaba con muchas ansías. No sabía que era y no indague, seguí con mi aburrida vida.
Lunes 15 de septiembre 2016
Vi algo que llamó mi atención. Un libro erótico, lo compre y dure con el dos meses sin mirarlo. Hasta que el día sábado en la mañana despertó mi curiosidad, con una taza de café lo hojeé, solo perversión y lujuria era su contenido.
No me deshice de el, al contrario me cautivó tanto que empecé a practicarlo en mi. Y funcionó, me senti tan aliviada y eufórica.
Los orgasmos eran tan pacíficos, nunca antes me había sentido tan... satisfecha.