Tú eres mi EROS |Yuri On Ice|

Eros y Agapē

Capítulo 2

¿Qué es realmente Eros para mí?

Personalmente me siento mucho más identificado con Ágape.

El amor puro e incondicional es algo con lo que me siento conectado. Toda mi vida, fue basada solamente en amor hacia el patinaje, mi familia, mis amistades y vínculos, que eran de las cosas que me mantenían en pie y me empujaban hacia delante.

El constante apoyo muchas veces se veía desperdiciado cuando mi inseguridad, timidez y falta de competitividad arruinaban las grandes oportunidades que tenía para triunfar en mi vida.

Si, me siento como Agapē, si, en definitivo.

Pero, cada Agapē tiene su Eros.

Y tú eres el Eros perfecto.

Eres el Eros que se adueña de cada pista de hielo por la que te posas. Eres el Eros de el mundo del patinaje.

Eres sutil, entregado, apasionado, alguien que irradia sensualidad a penas da unos pasos.

La pista de hielo es tuya, enciendes y  a tu manera cuando te posas sobre ella. No bailas con vulgaridad, te mueves con sensualidad y elegancia. Tus manos ascienden al cielo, mientras pareces cautivar a los mismísimos dioses mientras les dedicas tu rutina.

Te mueves con gracia y belleza. Eres arte. Haces arte. Creas arte al bailar. Por qué tú estética es perfecta.

Pareciera que el David de Miguel Ángel se quedase corto con ese cuerpo esculpido por un artista que parecía reencarnación de dioses. Pero, tú eres real. Eres real y eres la mejor representación de belleza y perfección.

Eres Eros. Tú, Víctor, eres Eros.

Al menos para mí.

Por qué tú eres mi Eros.

Aquel que conquista y atrae con su sexualidad increíble. Aquel que con una simple mirada puede derretir todo un glaciar y hacer caer a sus pies hasta la persona más fría. Aquel que con solo una caricia es capaz de hacer que las piernas de cualquiera fallen y caiga al suelo. Aquel que con solo estar cerca tuyo, calienta tus mejillas y se tornan rojas. Te adueñas del sueño de cada persona que tienes en la mira.

Al menos funciona conmigo.

¿Qué fue lo que rayos viste en mí para dejar tu éxito en las pistas y venir a Japón solo para entrenarme?

Y pienso todo esto mientras te veo bailar Ai Ni Tsuite, Agapē, una rutina completamente nueva para la competencia que se hará en una semana en el Ice castle. Pero nada importa, por qué pareces todo un dios.

Y después miro a tu compañero Yuri plisetsky, teniendo dificultad para relacionarse con el arte y sutileza de la rutina de Agapē.

Mi amiga Yuko entra y elogia la rutina, pero, cuando dices que es mi turno, mis piernas no pueden evitar temblar, y al escuchar la música, tan ardiente, rítmica y sensual, no puedo despegar los ojos de ti. Eros, estás bailando como si él mismísimo Eros hubiera hecho. Si, la sensualidad irradia por todo el lugar mientras nos dedicas miradas picaras sin llegar a ser vulgares.