–Víktor...
Eran dos miradas fijas, el deseo ya flotaba en el aire
La atmósfera se había calentado y el sensible pelinegro sentía escalofríos recorrer cada parte de su cuerpo como nunca los había sentido...
–Por favor, estaré bién
Le miraba suplicante, con la ansia recorriendo su cuerpo temeroso de ser rechazado una vez más.
–Yuri.. yo no podría –se detuvo al ver dos pequeñas lágrimas amenazado salir de los castaños ojos –Yuri...– La culpa le asfixiaba el corazón, era la tercera vez que pasaba eso.
–Esta bien, no pasa nada – dijo mientras se volvía a limpiar las lágrimas, la primera vez que lo habían hecho Yuri había sangrado mucho y Víktor temía volver a hacerlo sangrar así, no había querido pasar de los besos y caricias por más que Yuri estuviera decidido a hacerlo aquella vez Víktor había estado tan feliz y todo había pasado tan rápido que temía que Víktor no quisiera volver a intentarlo y lo dejara.
Había sido tan especial, y había acabado tan rápido.
–Yuri... No te pongas así... Te amo mi cerdito lindo
–¡¡No soy un cerdo!! – las lágrimas comenzaron a correr por sus mejillas y los espasmos hacían que Víktor cada vez se sintiera peor, se acercó lentamente y lo rodeo con los brazos.
–Yuri...No llores – el no sabía que hacer cuando alguien se ponía así, pero le dolía ver a su querido en tal estado, el lo hacía por su bien, ¿porque él no quería entenderlo? –Te amo..
–No lo haces..–hipaba entre palabras – solo estas conmigo por costumbre, es siempre la misma rutina... Y cada día me dejas tocarte menos...
–Mi coso... Claro que te amo, eres la criatura más preciada en este mundo para mí... Eres mi luna y eres mi sol, eres el aire que respiro y eres la escencia de mi cuerpo, eres mi Yuri amado, mi niño adorado, eres mi todo–
El pelinegro lo volteo a ver, nunca le había dicho cosas tan bonitas, nunca había sido tan expresivo con las palabras, rodeo su cuello con los brazos y se dejó caer a la cama trayendolo consigo comenzando un beso suave entre los dos, uno en el que buscaba expresar sus sentimientos y sus necesidades.
–Viktor... Por favor...–lo miro a través de las pestañas –no me pasará nada, estaré bién – sus respiraciones estaban muy cerca las rodillas de Víktor estaban a cada lado de las caderas del pequeño quien buscaba restregarlas aunque fuera un poco contra el.
–Yuri...
–Por favor Víktor, lo necesito– dijo formando un puchero entre los labios enterneciendo al mayor – solo la puntita... – su mano fue bajando del cuello recorriendo suavemente la espalda buscando entrar en los pantalones del platinado –solo tantito...
– Yuri, sabes que eso no sería posible, eres terriblemente seductor, lo sabes... verdad...– dijo sintiendo la delgada mano tocando su intimidad, rodeandolo con los dedos y moviéndose arriba y abajo –Yu.. ri
–¿Que pasó Víktor?– dijo haciendo lo movimientos más rápidos sintiendo su mano humedecerse levemente por el presemen
–No...
–No que, Víctor?...
–No... No lo sé –los espasmos llegaban levemente a su cuerpo, hacia mucho que ni el lo hacía por si solo y en ese momento sólo podía dejarse llevar.
–Te amo Yuri...
