Dejó que su mente vague por el auditorio que se supone era el aula de trabajo para sus cursos y divisiones, el crisol, que rodeaba las gradas de bancos hechos con madera, lograba realzar la belleza que suponía la luz entrante del medio día, un arco iris de colores con preciosas combinaciones, de cierta forma se perdía en la fragmentación del brillo solar que se daba en los colores ofrecidos por el ambiente, pero lo sabía, todo era una simple ilusión de Helios el grande que, con sus flamígeros, y los ojos humanos junto al cerebro, se dedicaban a colorear los objetos y los seres vivientes.
Su vista volvió a la clase de Teoría y Técnica de Grupos, le gustaba mucho su nueva carrera, la había elegido por si mismo esta vez, una vez acabó con administración de empresas, pretendía seguir psicología, con el fin de entender mejor a los humanos, saber que pensaban y comprender sus gestos faciales u corporales. La hora continuó con la misma densidad de siempre, Teoría y Técnica de Grupos no era de mis favoritas, claro, a pesar que trabajaba de todo lo que había sucedido en preparatoria.
El profesor dio por finalizada la clase y el día, me levanté cogiendo mis cosas del banco para caminar escaleras abajo, debía salir raudo antes que los pasillos acabasen atestados por alumnos que vendrían como avalancha sobre mi persona. Caminé a paso apresurado, como alma que lleva el diablo, hacia la salida de la sede de psicología. Una vez fuera lancé un suspiro buscando con la mirada a Kuroko y Kagami, el primero estudiaba para ser maestro de jardín y el segundo se especializada en seguridad e higiene, claro que luego iba a ser bombero.
No fue difícil encontrar al más alto, Kagami había alcanzado el metro noventa, Kuroko aún con los años seguía teniendo la estatura de un adolecente, el resto de la generación habían cambiado bastante, su rostro lucía más maduro que antes, algunos como Murasakibara y Kise dejaron que su cabello oscile en cuanto al largo aunque Atsushi ya lo tenia extenso desde un principio. Sonreí al ver llegar a Aomine, él si estudiaba para ser policía o al menos algo similar, le encantan las armas, razones por las que va a veces al castillo para ver las antiguas que cuelgan en los muros o se usan para entrenar.
Finalmente, al estar todos reunidos frente a la facultad de psicología, decidimos ir a comer a un Maji Burguer que había cerca, la mayor parte de los de la generación habían ido allí, pero yo nunca pude acompañarlos por una cosa u otra, seria divertido ir a comer algo ahora que se daba la oportunidad, mientras caminábamos saliendo de la universidad observé el atardecer con nostalgia, quería regresar a casa pronto, a pesar de ir a comer con mis amigos, también me agradaba estar en casa... Pero aún más deseaba observar aquella lanza celta que encontré entre varias reliquias de la mansión, con todo, mi padre había traído tales cosas, claro que él ya no estaba los con nosotros por lo que mis hombros tenían un peso menos encima.
.- ¿Akashi-kun? -Di un brinco mirando al sexto hombre fantasma de la generación, era la primera vez que me sorprendía de aquella forma considerando que mis ojos captaban a mi alrededor una amplia zona, el basket era algo que practicaba seguido a pesar de haber acabado la preparatoria por lo que la visión se mantenía "en forma", no es que lo necesitase pero nunca estaba demás jugar un rato.
.- Lo siento, estoy distraído, es un bonito atardecer. -Comenté mirando el paisaje, supuse que Tetsuya estaría analizando mi semblante para ver que ocurría pero no lo descubriría tan sencillamente, a diferencia de los demás, había aprendido a escapar de la mirada de Kuroko, no quería dejar que descubra lo de sentía o pensaba.
.- Akashi-kun es... complicado. -Comentó el de cabellos celestes antes de comenzar a caminar junto a Kagami. Él tenía razón, en vez de contar las cosas ocultaba gran parte de mis secretos. Suspire antes de entrar al Maji.
Lo pasamos bien a pesar de las miradas que Kuroko me enviaba, conocía al de cabellos celestes y de notarlo también lo haría Midorima o quizás ya lo había hecho... Fui el primero en retirarse del lugar, quería regresar a descansar a casa, algo me decía que debía regresar al castillo, recostarme para poder saber que era aquello que me inquietaba... Caminé por las calles de Tokio, la mansión estaba en las afueras, rodeado por un bosque dentro de una propiedad privada, la vi a lo lejos, tapando parte del sol que brillaba detrás de éste formando sombras, los cerezos eran bellos en primavera y en invierno poco quedaba de ellos. Dejé las distracciones de lado llegando al enorme portón frontal color negro con motivos de plantas, lo abrí a pesar que algo me decía que fuese a dormir a casa de alguno de los milagros pero no podía, quería quedarme...
ESTÁS LEYENDO
Fate Stay Basket(Yaoi)
FanficLa Winter Cup era algo del pasado, los milagros hoy en día son estudiantes universitarios, rodeados por su hobby favorito y las materias que más han esperado cursar, la vida de cualquier universitario común y corriente ¿Qué cambiarían de sus vidas p...