Hablando con el espejo sin esperar respuesta

Será duro, no te miento.

Será el día que no estés, el día que me dejes y me alejes de ti, el día en el que se me olvidará respirar, en el que mi corazón deje de tener ganas de latir y me sentiré sumamente vacía.

Vagaré incompleta y sin rumbo fijo como hacía antes de conocerte, anhelando tu boca.

Y derramaré lágrimas sin esperar a que tus brazos me consuelen.
Rota de dolor imaginaré que estás abrazando a otra y poco a poco aceptaré que ya no me amas.

Será duro, no te miento.

Pero tendré el consuelo de que nadie te amará como yo lo hago.

Soy consciente de que no seré capaz de refugiarme en otros brazos que no sean los tuyos, por eso, abrazaré nuestros recuerdos con fuerza.

Y prometo, no derrumbarme delante tuya.

Fingir que soy fuerte, que ya no te amo.

Que nunca has sido el amor de mi vida.

Por mucho que sea mentira.

Y por favor, no me olvides.

Así que;

Déjame ser el motivo de tu sonrisa.

Déjame amarte incondicionalmente.

Sin miedo al fracaso.

Y si fallamos, volvamos a intentarlo.

Déjame ser el primer rostro que veas al despertar.

Déjame ser la única a la que consueles cuando estalle en llanto.

Déjame ser tuya, enteramente tuya.

Y cuando creas que ya no me quieres.

Recuérdame.

Recuérdame como el mejor de los abrazos.

Recuérdame cuando sientas tu cama vacía.

Recuérdame cuando no puedas comer. Incluso, cuando tomes café.

Recuérdame junto a los besos que te daba.

Recuérdame como la mejor de tus carcajadas.

Recuérdame de la mejor manera que haya.

Y cuando alguno de estos recuerdos te haga llorar.

Significará que nunca me dejaste de amar.