🏵 Globos. (EcuPer AU)

Prólogo: Los niños enfermos.

Miguel Prado, 8 años.

"Orfanato Llamas Felices".

Cada persona nace con un globo, dicho objeto, revela los sentimientos de su portador:

• Rojo para la ira.
• Naranja para la vergüenza.
• Amarillo para la alegría.
• Verde para el disgusto.
• Azul para la tristeza.
• Morado para el miedo.
• Rosado para el amor.
• Blanco para la seriedad.
• Negro para el odio.

Y así la gente podía desarrollar variaciones de colores para cada emoción que sintiesen en su vida. Habían algunos cuyo globo se coloraba de oro al sentir orgullo, otros que se sentían nostálgicos y su globo cambiaba a celeste, entre otras.
Claro que lamentablemente, siempre existía aquél niño que no tenía globo. Era un caso muy poco común, y aunque existieran operaciones o formas de "arreglar" la "enfermedad" del individuo, no siempre funcionaba o bien, éste no quería un globo. Miguel Prado presentaba el último caso.

- ¿De qué sirven? Solo expones tus sentimientos a los demás, ¿quién dice que no serás vulnerado? -

- Existen medidas de protección para ese caso, Bro. - Decía Julio, su mejor amigo del lugar.

- De todas formas, las emociones no son expresadas únicamente por esa cosa. Yo pude identificar sin ver el globo de mamá que ella me abandonó porque me odiaba. -
Y aunque el pelinegro repitiera eso con un semblante feliz, por dentro se preguntaba: "¿Qué se sentiría tener un globo? ¿Mamá volvería si tuviera uno? ¿Acaso mamá me dejó por esto? Y si no hubiera nacido de esta forma, ¿Acaso él me hubiese querido más?".
Porque aún si Miguel fingiese indiferencia, él solo era un niño, un niño sin su globo.

Francisco Burgos, 8 años y medio.
"Casa de los Gómez".

- ¿Q-Qué haces, Fran? -

- ¡Estoy cortando mi globo! - Exclamó emocionado el joven.

- ¡Francisco, deja esas tijeras ahora mismo! -

Era normal para los niños de 3 a 5 años tratar reventar su globo. Pero hacerlo cada vez que tiene oportunidad y a los 8 años y medio, quería decir que algo malo pasaba.

- ¿Por qué sigues con eso? -

- ¿Qué cosa? -

- Tratar de matarte. - Le preguntaba Catalina, su hermanastra mayor.

- No me estoy tratando de matar, Coco. Ni siquiera sabemos lo que pasa si lo revientas. -

- Solo sabemos que es ilegal, no necesitamos más información. -

- ¡Pero imagina la libertad que tendríamos sin este aparato! -

- ¡Shh! ¡Silencio, Fran! - La morena tapó la boca del más bajo. - ¡Si mamá te escucha diciendo eso te llevará al psicólogo! Ya te he cubierto mil veces, no lo arruines, ¿si? -

- Entendido... -

Francisco Burgos, adoptado a los 5 años por la familia Gómez. Sus padres fallecieron gracias a que unos niños se pusieron a jugar con fósforos en la acera un día 24 de Mayo.

Fue enviado al orfanato más cercano, en el cual, solo pudo amistarse con unas pocas personas, entre ellas, una figura cuyo nombre no recuerda llenaba gran parte de sus recuerdos.

- ¿Cómo te llamas? -

- ¿Eres nuevo? -

- ¿Puedo tocar tu globo? ¡D-Disculpa! Siempre se burlan de mi cuando pregunto eso... -

- Es divertido pasar el tiempo contigo, causa.-

- ¿O-Otra entrevista? No me vas a abandonar, ¿o si?-

- ¡¿T-Te adoptaron junto a otra niña?! Cuanta envidia... -

- ¿Puedes prometerme que no me olvidarás? Yo no lo haré. -

- Fran. -

- Fran... -

- ¿Fran? -

- ¡A-Ah, perdón! Estaba soñando despierto. -

- ¿En que pensabas? -

- . . .- El menor se quedó en silencio unos segundos.- Nada, ¿vamos a buscar a María? -

Y si había algo que recordaba de sus 5 años, era la promesa de ese chico. Ese chico que tantos llamaban un enfermo.

Si lo que dicen de que un loco atrae a más locos es verdad, entonces estos dos locos fuese atraerían mutuamente.

× × × × × × × × × ×

Está algo largo como para ser un prólogo, creo.

Tuve esta idea como a las 3 de la mañana y dije: "Podría estar durmiendo, podría estar estudiando, pero no, estoy planeando un AU."

Y well, lo tengo todo planeado en un cuaderno (literal) así que prepárense para una lluvia de clichés.

Eso.

- Caro fuera.