II

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Se sentía cansado aún después de haber despertado.

Busco a su lado deseando que el no se hubiera marchado.

Pero allí estaba, solo el en su cama.

Tanteó a los lados rozando con el satin de las sabanas encontrando solo un papel arrugado que tomó entre sus manos.

Se levantó brusco y quizá un poco mareado, leyendo así cada palabra de aquel papel desdoblado.

No más palabras, no más abrazos, no más besos y no más intentos.

Solo un corazón roto.

-Q

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