Su cabello rubio y el sol de la mañana es una perfecta combinación, sus ojos intensamente azules mirándote puede ser algo hermoso. Pero que linda Naho, muy envidiable. Mírala y te aseguro que será la persona más bella que conocerás en tu vida. Su rostro lleno de amabilidad y siempre listo para recibirte con una muy tierna y brillante sonrisa.
Está camino a la escuela, como te dije anteriormente, su perfecto cabello a la luz del sol mañanero, cayendo sobre sus hombros y tocando finamente su cadera. Naho camina muy entusiasmada a la escuela, la verdad muere por ver a sus dos mejores amigas. Acomoda su mochila rosa al sentir que algo le molesta luego retoma su camino con cada paso perfecto. No solo su físico es perfecto, su mente también. Pensar que tiene las mejores calificaciones de su generación y es recordada por cada profesor que tiene simplemente por el hecho de ser ella.
El espantoso y triste colegio, hablando de como luce, se ve cada vez más cerca. Que pesadilla has de pensar, pero no lo es para alguien que le va muy bien o para alguien que simplemente nada le importa. Las grandes puertas de cristal están abiertas ante los alumnos, y dos árboles perfectamente cortados decoran el portón principal de la escuela. Naho observa a cada uno de los niños abrazándose con los demás, y algunas chicas llorando en su reencuentro. Ella no sabía si eso era normal, lo cierto es que casi nunca lloraba... si pudieras contar las veces que lo ha hecho en los 14 años de su vida, solo hay tres. Más adelante sabrás las razones.
Las ve a ellas, sus amigas.
- ¡Naho! – una de ellas la saluda.
- Chris, An... ¿Cómo están?
Vamos a olvidar esta absurda conversación, es una de esas que tienes incómodamente con una persona que conoces poco, lo cual es común en esa amistad. No creo que todas se conozcan lo suficiente a decir verdad. Vamos a hacer una pequeña parada para describir a las amigas de la perfecta chica que es Naho.
Chris... ¿Te suena a nombre de chico? No lo es, es una chica. Su cabello es corto, a penas y llega a los hombros. Es oscuro al igual sus profundos ojos, con unos labios delgados y una sonrisa que casi nunca podrás ver. Un poco seria para el sentido de humor que tiene... eh no, sus chistes también son malos o muy... violentos.
An, No hay más que una sílaba en su nombre, pues que su personalidad es igual de simple. No esperes mucho de ella, o que te sorprenda en algún momento. Esto no quita que no pueda hacerlo, pero son muy pero muy pocas las veces. Unos ojos color miel y unas pestañas simples y cortas, a decir verdad sus ojos es lo único de ella que podría resaltar.
Eso hace que todo mundo se pregunte: ¿Qué demonios hace Naho junto ellas? Hay una explicación lógica, pero la sabrás más adelante. Por el momento ellas no quieren que te cuente más del asunto, quieren que poco a poco tú lo descubras.
Las tres chicas caminan hacia su salón de clases, Chris con sus audífonos, An va leyendo y Naho está cantando. Entran al descolorido cuarto, buscando los tres primeros asientos de la fila del medio ¿Te imaginas como podrían sentarse? Si no, te lo diré. Primero Naho, segunda An y por último Chris.
- Chicas, una pregunta – dice Naho volteándose. - ¿Todo será igual que el año pasado?
- ¿No te parece un poco arriesgado? – dice An, fingiendo estar preocupada.
- Ja... todos son muy tontos cariño. Naho, siempre lo mismo – asegura Chris.
- ¿E-están seguras?
Hay algo más que debo comentarte de An, es un poco insegura o miedosa.
La clase comienza, y todo fluye con normalidad durante ella. La maestra, muy amargada por cierto, saluda a Naho con una sonrisa. ¿Y que causa esto? Que todos sus compañeros murmullen entre sí. La señorita Francia, o el demonio de la escuela, se para frente todos anunciando una nueva alumna a la cual hace presentarse.
- Soy Mika, tengo 14 como todos acá supongo, me gusta historia, soy de Londres pero mis padres me arrastraron aquí hace tres meses.
La chica de cabello rojizo se sienta al lado izquierdo de Naho, y esta la saluda. Naho le ofrece su perfecta sonrisa y un saludo de lo más delicado que podrías pensar. Un papelito rosa llega hasta la mesa de la rubia; "¿Competencia?".
Las clases de otro continente, o la señorita Francia, no son de lo más alegres que se diga, especialmente si se habla de que el desplazamiento de un avión es de 575 kilómetros por hora. Pero supongo que para la perfección y la segunda versión de la perfección están interesadas en ello.
Si ves a tu izquierda, podrás ver tres ventanas que iluminan la minúscula habitación, y a tu derecha unos tres carteles pegados y el horario de clases en el último extremo de la pared de yeso. Al frente una pizarra con tizas en ella, una rosa y otra de color blanca, sin olvidar un reloj de borde azul sobre ella. Y por último, en la parte trasera solo puedes ver un pequeño pizarrón con avisos en él.
Toca el timbre y es hora del receso, tal vez te parezca raro que solo tengan una clase antes de salir, pero es la semana de ambientación; nada de clases, cosa que la señorita Francia no entendía, y tampoco tareas. Las tres amigas se paran y se acercan a perfección número dos.
- Hola Mika... podría suponer que no tienes con quien pasarla... ¿Te gustaría...?
- ¡Sí!- Las chicas se resaltan por su tono de decirlo. – Lo siento. Sí, me gustaría – dice esta arreglando su cabello sobre los hombros.
Mika recoge un bolso con corazoncitos en él, de maquillaje supone Naho quien saca uno también pero el de ella es rosa... solo rosa.
Chris y An se dirigen al baño como ya era costumbre, Naho y Mika (perfección uno y perfección dos), las siguen detrás.
Los baños son de lo más simple, como todo el colegio. Tres lavabos, dos espejos, y cuatro sanitarios, añadiendo que las paredes son de un amarillo mostaza y un bombillo que apenas da luz en la habitación, de hecho, si no fuese porque la puerta está abierta la habitación sería muy oscura para el gusto.
Las dos perfecciones se miran en uno de los espejos y se acomodan el cabello, la cabellera rojiza y la cabellera rubia. Naho trae con ella un suéter rosa, y Mika uno verde, An uno azul oscuro y Chris, ella no traía.