Besar a Mattsun es todo un reto, Takahiro lo sabe perfectamente. No es como si su mejor amigo fuese una especie de deidad inalcanzable. En realidad, sus besos son el problema; Matsukawa es un jodido experto.
Y él, él apenas puede seguir su ritmo.
Las manos en su cintura se aprietan con fuerza sobre la ropa, casi traspasando hasta tocar la piel. Hanamaki emite un suspiro ahogado en la boca de su amigo que, cómo no, lo aprisiona contra la suya.
En su espalda el muro helado de la escalera lo abraza feroz. Agradece que nadie pasa por aquí, al menos, a este horario. Matsukawa es espontáneo, él todavía no sabe si odia o adora aquello.Está seguro que su compañero sonríe, puede sentir los labios extenderse en el beso. Uno de tantos.
Sus manos comienzan a temblar cuando la legua ajena ingresa lentamente hasta tocar la suya. De alguna manera lo esperaba. Sin embargo, su corazón se desata. ¡Mierda! Está actuando como un estúpido niño inexperto. Pero tampoco puede negar del todo que su experiencia en los besos es mucho menor a la de Issei.El silencio se acopla al ritmo de sus besos, es lascivo. Un caramelo adictivo al cual no tiene escapatoria. Entonces alza sus brazos y los enreda en el cuello masculino que lo aprisiona de manera que los cabellos suaves de la nuca generan cosquillas sobre sus dedos. Él pasea las yemas de los una y otra vez por allí, su zona favorita de cual aferrarse.
Siempre ha sido así, iniciando como un juego burlón sobre quién era el mejor besador. Takahiro nunca esperó llevarse tal sorpresa. Y entonces tuvo que comprar el almuerzo del pelinegro durante una semana. A cambio su corazón se aceleró cada día porque, como un extraño agradecimiento, Mattsun le brindaba más de sus besos.
Ahora, mes después, no sabe si algún día podrá dejar de hacerlo, besarse mutuamente.
Un pequeño hilo de saliva intenta escapar de su labio inferior, Mattsun se apresura a succionar y, de paso, morderlo. Sus piernas flaquean, piensa que puede caerse aquí y ahora. Dios, caería patéticamente de cara al suelo y rodando previo por las escaleras.
Y entonces, tras una inhalación profunda, Hanamaki devuelve la mordida. La primera. Se siente genial.
Sus dientes tiran del labio ajeno, apretando y atrayendo nuevas sensaciones.Realmente no tiene idea de cuánto durará este extraño ritual. Pero, mientras tanto, disfrutará tanto hasta ser como él; un experto en besos. Porque Hanamaki aprenderá con y del mejor.
~
Iniciativa.
Una mano se posa en su cabello y lo despeina. Él se remueve al contacto, reconoce la forma masculina que la conforma y, de alguna manera, se siente agradable. Hanamaki cierra los ojos, los murmullos suben a sus oídos.
Matsukawa se ingenia a pasar de página mientras continúa las caricias sobre sus mechones.— Estamos tomando un descanso, deja ese maldito libro — dice, y extiende una sonrisa pequeña. El clima es tan reconfortante que no sabe si hace frío o calor.
Mattsun ríe. Oye cómo un objeto es apoyado en el césped en el que descansan; Él acostado y, en contorno, el pelinegro sentado. La sombra de un árbol es idóneo al momento, los cubre y protege, piensa.
Takahiro acomoda ligeramente su cabeza apoyada contra el muslo de su amigo.
Luego, cuidadosamente, los latidos se desencadenan, y, por supuesto, Matsukawa lo besa desde arriba. Él aprieta con fuerza los ojos, es un beso inesperado. Bueno, en realidad todos los besos de Matsukawa hacia él son inesperados.A hanamaki le gustaría tener la iniciativa, al menos, una vez. Pero, cuando piensa profundamente la situación, se le hace extraño. Un sabor agrio en su boca, cual hecho ilícito que, después de cada beso, se pone a meditar.
Porque, al final, se trata de su mejor amigo. Odia sentirse arrepentido. No quiere decir que se lamenta, de alguna forma, le encanta; a veces cuidadoso, otros más tosco y violento, también dulce, muy dulce.
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Besos - MatsuHana (OneShot)
FanfictionMatsukawa es un experto en besos, Hanamaki aprenderá de él. × Disclaimer: Los personajes no me pertenecen, sino a Haruichi furudate. (Haikyuu!!)