Prólogo

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En la vida el dolor se manifiesta en todas sus versiones. Según el tipo de vida que lleves, éste será más o menos soportable.

Hay de las que sufren porque no les queda mascara de pestañas hasta las que sufren por la simple razón de ser.

Por desgracia este último grupo es el mío, sufro por ser, sufro por existir, por el simple hecho de respirar. Ansío con toda mi alma la libertad, la sensaci ón de existir por un bien mayor y no ser un problema para la sociedad o para mi entorno, simplemente ansío llevar una vida moderadamente normal teniendo en cuenta lo que soy, ¿y qué soy realmente? Es algo complejo de explicar.

Desde la antigüedad ha existido el bien y el mal, podemos remontarnos a tiempos remotos donde un tal Caín mató sin piedad a su hermano Abel, a su propia sangre, sin remordimientos ni miramientos.

Desde ese momento el mundo se ha dividido, los sucesores de Abel tienen una apariencia humana como cualquier otro, portan un carácter angelical emanando de todos sus poros y su única función en este mundo es promover y hacer perdurar el bien.

Por otro lado los sucesores de Caín no nacieron con la misma suerte. Llegaron al mundo condenados al rechazo, físicamente diferentes, demoniacos y además a vivir entre las sombras generando así un rechazo mayor hacia los que son sus hermanos, generando envidia y deseo de venganza tal como se sintió Caín con su hermano.

Ambas partes están destinadas a odiarse, y a intentar eliminarse mutuamente. Cuenta la leyenda que hace miles de años el bien se enamoró del mal, por consiguiente el mal cayó en las garras del bien. Era un amor enfermizo e inaceptable, un amor prohibido. De ese amor nació un fruto, nunca encontrado por muy perseguido que estuviera. Esta criatura era un híbrido entre el bien y el mal. Pudo ser el comienzo de una nueva era, puso ser ese rayo de esperanza que todos esperaban. Sin embargo fue condenado a la soledad y al exilio tras la captura de sus progenitores.

Pero eso es solo una leyenda, un mito, dónde queda la línea entre mito y leyenda?

Mi nombre es uno y yo soy ese híbrido.


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