Una página arrancada

129 23 18
                                    


Mista traqueteaba la punta del lápiz contra la mesa. Tedioso, ante el eterno paso del tiempo, se revolvió de nuevo en su asiento.
Sabía que aquel era un buen asiento, tapiado con terciopelo rojo, acolchado y de un porte mas elegante que su forma espatarrada de sentarse.
Volvió a pasar la mano por el terciopelo, de tantas veces que lo había hecho ya le pareció algo normal.
El traqueteo del lápiz contra la mesa siguió y Mista volvió a mirar de reojo la hoja de papel posada en la mesa.
Debía de haber estado realmente aburrido, de haberse preocupado de tener tiempo para malgastarlo de aquella manera aunque mista no era así.
Le intrigaba más el hecho de que en aquella hoja, se encontrara el fruto de una de las habilidades desconocidas y poco aprovechadas de Mista como lo era el dibujo.
No muchos lo sabían, pues no solía practicarlo mucho y, sin embargo, despues de tanto tiempo se había encontrado dibujando el rostro de aquel novato.
Giorno giovanna.
Tenía su rostro en su mente y había tenido la necesidad de deshacerse de este plasmandolo en algún sitio.

El dibujo no era perfecto pero era algo muy próximo a lo que era Giorno.
Mista suspiró.
Finalmente decidió a levantarse del asiento
Sentía como si aquel novato se hubiera llevado más que su tiempo, y lo cierto era que le había llamado la atención desde el primer momento.
En este confuso pensamiento indagó Mista al sonido de sus botas de cuero contra el mármol impoluto del suelo.
Anduvo por el pasillo, pasando de largo varias puertas.
115 116, 117...
¿Que habitación era la suya?- se preguntó entonces.
Se remangó, allí estaba el número que toscamente le había apuntado fugo con un boli.
-114- leyó Mista.
Maldijo por lo bajo, ¿que era aquello? ¿Una broma?
Malditos.
Miró de nuevo por donde había venido, a unos pasos estaba ahí, la habitación 114.
Por supuesto que no iba a meterse en ese lugar.
Podría ir a ver a Bruno a exigirle otra habitación...si supiera donde estaba.
Pero no, no lo sabía.
-...Metete en uno de ellos y aprovecha y coje algo del minibar que hay hambre!!-oyó una pequeña voz de su interior.
-¡Siii! Total, no lo pagas tu.
-¡¡Hazlo, hazlo que hay hambreee!!!
-¡¡Hambreee hambreee!!- corroboraron en coro los demás.
Mista ignoró a sus Stands.
Era probable que no hubiera nadie por ahí, conociendo a Bruno seguramente había reservado todo el piso para ellos solos...
Los pensamientos de Mista se interrumpieron por los gritos de su Sex pistols.
"AAAAAAAAAAAAAAHHH"
-¿¡¿Queréis callaros ya!!!???- saltó Mista- ¡Ya voy!
Mista no tuvo margen para elegir cual era la mejor habitación acorde a sus necesidades, la sarta de stand que le pertenecía no se callaba.
Que molestia.
Agarró el primer pomo que pilló, la puerta 115 y sin pensarselo mucho, probó con la llave.
Contra todo pronostico, la puerta se abrió.
Mista entró, discretamente ante el pensamiento de pudiera haber alguien más.
Sus botas resonaron levemente por el parqué.
¿Por qué demonios había un parqué si la mitad del edificio tenía mámol en el suelo?- se había preguntado Mista.

Se quitó las botas y al abrirse aquel pequeño pasillo derivó a una elegante habitación bien grande.
Bueno, eso suponía porque estaba bien oscuro.
En la cama no había nadie...
Solo podía contemplarse una pequeña luz apoyada en una mesita, junto a un sofá y una rosa.
Pero lo que le llamó la atención fue los salvajes cabellos rubios de una trenza que se iluminaban, aún más si era posible, contra la breve luz, procedentes de una cabeza perezosamente apoyada sobre el sofá.
Se acercó un poco más lentamente.
Si, era Giorno, el novato, tapado con una manta pese a que estaban entrando la primavera
Pese a la pregunta de por qué dormía en esa forma, en el sofá y teniendo una lujosa cama, simplemente se dedicó a observar su rostro. Al instante alcanzó el dibujo en su bolsillo.

Lo observó con la poca luz que había, se supone que era Giorno.
En un primer momento, cuando lo hizo, penso que estaba decente, que era algo incluso aproximado a Giorno.
Pero estaba muy alejado de la realidad.
Y tanto, que no pudo evitar frustarse al ver lo mierdoso que de veía.
Como podría haber siquiera comparado a Giorno con esa basura de dibujo?
Se frustró los pocos segundos en los que lo pensó y se dirigió a la mesita donde reposaba un lápiz.
Arrancó un papel del libro junto al rubio y empezó a deslizar el lápiz creando una líneas que se moldearían gracias a la referencia de Giorno que se encontraba delante suya.
En poco tiempo en el dibujo se observó la cara del joven.
Mista contempló orgulloso su dibujo en lo que sus Stands emergieron de él.
-Otra vez perdiendo el tiempo Mista!, ¿¿y la comida??
-Ahí hay una puñetera nevera como si os metéis y os quedáis ahí! ¡Y ahora a callarse!- susurró Mista.
-Y oye, ¿Por que espías al rubio?-preguntó uno.
-Por que espías al rubio? x2
-Por que espías al rubio? x3...
-Que os calléis!
En un arrebato, Mista encerró a su Stands en la nevera.
-Por que nos encierras si sabes que somos intangibles, podemos arravesar la puerta.
¡¡Ssshhhhhhhh.....!!!"-insitió.
Mista no lo sabía.
Pero para su mala suerte, Giorno se retorció levemente. Hizo un sonido y sus espesas pestañas se abrieron dejando ver unos ojos intensamente azules, que parecieron iluminarse al ver a Mista extrañamente con la cabeza metida en la nevera.
-...Mmm? Mista?- musitó.
Mista se sobresaltó de pronto, del brinco se pegó contra el techo de la neverita donde había buscado precipitadamente a sus stands.
-AH!, Mierda!- dijo al impacto.
Salió como pudo llevandose sus manos a la cabeza allá donde se había herido y donde ahora sangraba.
Giorno lo miró con sopresa.
-Mista? Que haces aquí? Um...Estas bien?
-Huuuuuuhhhhh...No, joderr!!!! estúpida nevera!- la pateó tan fuerte que se hizo daño en el pie también. Retrocedió, mirando incrédulo a la nevera.
"Que poder!- exclamó- igual era un usuario de stand!"
Su pistola emergió y unos cuantos balazos arremetieron contra la nevera en lo que Mista caía abatido en la cama.
-...-Giorno contempló la escena, después de la sorpresa, lo miró impasible desde el borde de la cama, mientras el otro se retorcía de dolor, lanzando amenazas de muerte a la nevera.
-Mista...-dijo y como veía que el otro seguía en en su delirio de dolor, insitió- Mista, estas manchando la cama de sangre.
-¿¡Te crees que me importa esa mierda ahora?! ¡Me estoy desangrando!
-¡Si dejas de moverte puedo curarte!- dijo reteniéndolo.
Entonces, Mista se lo encontró encima suya. Iba a preguntarle que demonios hacía encima suya cuando le echó una mirada a su cuerpo.
-¿Que mierda es eso que llevas puesto?
Giorno lo miró por un momento, confundido, pestañeó hasta bajar la mirada hacia el atuendo que portaba.
-Mi pijama.
-No me jodas pero si lleva estrellitas y flores! Cuántos tienes, 10 años?
Giorno lo miró con estupor. Se inaginaba que le dirían algo así.
Pero era el único pijama que tenía.
-¿Es importante ahora?-replicó indiferente.
-Si, si. Me pone nervioso- dijo. Lo hacía parecer mas joven de 15.
-Si quieres me lo quito.
-¡¡No hagas parecer esto más incómodo de lo que es!!!!!
-¿Por qué gritas? Eres tu el que viene a mi habitación mientras estoy echando una siesta!
-¿¡Una siesta!? A las putas seis de la tarde???...- a la alteración el dolor se vió incrementado-...Solo olvidalo y curame maldita sea!
-Ya esta.
Mista se tocó la cabeza. Aunque ya sabía de la habilidad de Giorno y su capacidad para curar a la gente siempre se sorprendía la rapidez y eficacia con lo que lo hacía. Ya no le dolía, y la herida había desaparecido completamente.
Hecho la vista hacia atrás al observar el destello dorado de Gold experience.
Mista lo contempló hasta que el humanoide dorado desapareció al terminar su trabajo.
Giorno también se había apartado de su lado, así que se incorporó al fin clavando su mirada en el infinito.
Giorno pudo observar que no tenía buena cara.
Abrió la nevera, observando que el interior se encontraba igual de mal que el exterior, echaba hilos de humo.
-Te daría un refresco o algo. Pero acabas de reventar la nevera. Vaya, hasta las botellas. Por no decir la pared...
Giorno lo contempló unos segundos. Tres agujeros de bala habían atravesado la pared.
-Abachio se va a llevar una sorpresa- comentó en lo que en sus labios se formó una leve sonrisa- su habitación es la de al lado.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Feb 13, 2022 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

...Buon Giorno!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora