Capítulo 2

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En la actualidad
Palacio Real de Ashrock

La princesa Crystal estaba realmente aburrida. Llevaba una hora siendo el maniquí real de las costureras de la corte. Entraban y salían decenas de doncellas a cada segundo en el cuarto con agujas y grandes cuadrados de telas coloridas. Su piel normalmente cálida parecía sumergida en un gran y colorido mar de polvos . Se toco los labios que ahora le recordaban al jugo que soltaban las moras cuando las intentas arrancar de su planta.

Apenas podía respirar, la cintura pedía a gritos ser liberada de
esa arma blanca con encajes y perlas en el que la habían encerrado y sus pies morían lentamente con los zapatos que le habían puesto.

- Podría girarse para que le arregle la cola – no sabía cual de ellas lo había dicho, solo obedeció y se miro al espejo esperando que no fuera tan malo como creía.

Se quedo perpleja ante su propio reflejo. Docenas de capas caían desde la cadera haciéndola parecer una gran tarta nupcial de sedas y tafetán que apenas le dejaría espacio para bailar durante la fiesta. El pelo fijado en un moño lleno de perlas y una estaba lleno de una brillante substancia que retenía sus cabellos en el sitio adecuado. Se parecía a una de esas muñecas de porcelana con las que jugaba cuando era pequeña. No le gustaba, ni lo más mínimo. Solo una hora y podrás decir que te duele
el estómago intentó tranquilizarse a sí misma.

Dio vueltas a los nombres de las personas que su padre le había hecho aprender para la noche mientras acababan de colocar los últimos detalles. Realmente esta festividad
no era el plan que ella tenía e mente para esta noche. No le gustaban las fiestas y menos en las que estaban implicadas los amigos de su padre. Y sus hijas, sobre todo sus hijas. Esas malvadas brujas que flirteaban constantemente con su hermano y que la miraban mal hiciera lo que hiciera. También era verdad que su hermano no oponía especial resistencia a las señoritas. Maldito Pascal. Noto como tocaban su brazo y
miró a la doncella

- Terminamos majestad ¿el vestido es de su agrado?- No lo era . La hacía parecer recargada y artificial, pero la exhausta mujer parecía buscar un voto positivo para
poder irse a casa.

- Bueno sin duda es grandioso – no le gustó como sonó esa respuesta. Sabía que si no le daba emoción no se irían nunca- Creo que es hermoso, Marian. Supongo quepodéis retiraros ya. Nos vemos mañana.

A ciencia cierta no sabía si la doncella de verdad se llamaba Marian. A ella tampoco pareció importarle cuando aliviada comenzó a salir con las demás dejándola sola en esa inmensa habitación que a la princesa parecía quedarse pequeña . Cuando la última
cerro la puerta, inmediatamente cogió una toalla y corriendo la sumergió en la tina del baño. Borro los polvos blancos que hacían ver su piel como un pastel espolvoreado con mucho azúcar. Tampoco dejó los coloretes rosados ni las sombras multicolores que decoraban sus ojos.

Se sentó en su cama a esperar que la llamaran. Arreglo las faldas para no estar incomoda y comenzó a pensar, como hacía normalmente solo cuando estaba sola. Recordó la tarde de ayer en los campos de lilas, con Pascal. En la tranquilidad que sintió cuando el viento golpeo su cara, cuando el sol cayó dejando en el cielo una
desordenada pintura de cálido colores. En el momento en que su hermano se convirtiera en rey se iría a vivir a una de esas pequeñas casas, en las montañas, lo
antes posible.

No le gustaba el castillo de piedra en el que vivían, era muy frío para ella.
Demasiados pasillos, demasiada gente que no conocía, demasiado lujo. Aborrecía esas joyas y vestidos que su padre le regalaba como una compensación por nunca estar junto a ella. Tampoco la gente que siempre levantaba su cabeza para mirarla con
gran desprecio. Lo único bueno que tenía allí era Pascal, y ahora no lo veía tanto como cuando eran más pequeños.

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⏰ Última actualización: Dec 13, 2016 ⏰

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