VIII

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Hola, les escribía esto para informar a mis lectores de Hunter que he editado la novela en Litnet, todo va a ser muy diferente y no es el estilo que utiliza Laurann Dohner, de hecho para los que leyeron el spinn of de slayer and death ya saben que esta es mi propia saga pero decidí adaptarla a las nuevas especies así que por este motivo no voy a borrar Hunter de aquí pero quería invitarlos a leer como era antes de la adapcion, espero que lo disfruten.

aquí les dejo el link y en los comentarios: https://litnet.com/es/book/luna-de-hielo-b98514

—¡Quiero irme!

—No es posible señorita Gallagher usted...

—Sino me abren ya las malditas puertas toda la gente en las puertas se enterarán que ustedes son unos secuestradores.

El nueva especie la miró indignado para después hablar.

—Llamaré a Justice.

Lo que me faltaba, hablar con el lider de los animales.

Tabbitha se cruzó de brazos mirando desafiante al resto de ellos, todos la veían con el ceño fruncido salvo uno de cabello rubio casi rojizo quien la miraba con desdén y la comisura de su boca levantada.

—Encantadora —soltó antes de  echarse a correr en dirección del gimnasio—.

—Raro —dijo ella mirándolo con el ceño fruncido—.

—Tabbee, no puedes irte.

Ella lo miró y su corazón se detuvo al ver una mata de pelo oscura a sus espaldas, Tabbee quiso correr pero él la sostuvo con sus manos los brazos de ella.

—Tabbitha —Susurró ella—.

La mujer que más había amado en la vida pero también la que más había odiado.

—¡Les dije que no te quería cerca! ¡Malditas bestias traicioneras!

—Váyanse —dijo Slash—.

Entonces solo quedaron él y ellas.Mirarla era como verse en un espejo y eso era lo que más me dolía, cuando vio una foto de ella joven vio que era idéntica a su madre y por eso cada día quería ser diferente.

—¡No! ¡Sueltame! 

Tabbee se removía entre los brazos de macho hasta que logró golpearlo con la rodilla en la entre pierna.

—No vuelvas a tocarme —dijo con rabia—, y no tengo nada de que hablar con la mujer que me abandonó.Yo tenía cinco cuando mi padre me dijo que tú te habías ido y te habías largado con él —dijo señalando a Slash—, ¿Cuántos años tenía Ángela? A penas tres, yo cuidé de ella como una madre lo hace y a penas era un bebé, la alimentaba, la mimaba, cuidaba de ella cuando se enfermaba mientras que para mí nunca hubo tiempo, en cambio tu ¿qué hacías? ¡Acostarte con esta bestia mientras tus hijas pasaban trabajo, formar una familia con tu amante, te olvidaste de Ángela!

Pero ella sabía que no reclamaba por su hermana, reclamaba por ella misma, la había necesitado y su madre la había echo a un lado. 

¿Qué podía esperar del resto del mundo?

La vio llorar pero no sintió nada en absoluto, ella había llorado el doble durante su niñez y su adolescencia, pero como iba a saberlo ella si ni siquiera Ángela lo sabía.

HUNTER (1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora