Capitulo 22

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Capítulo 22

El lunes, _____ se saltó su baño matinal para ir, como todos las semanas, a ver a su tío. Como había hecho el primer lunes de cada semana, cogía el camino de la playa y caminaba durante largos pero agradables minutos hasta llegar frente a la pequeña cabaña de la playa donde a su tío le agradaba estar, subió las escaleras y llamó a la puerta.

Mientras esperaba, sacó un fajo de billetes del bolso e hizo una mueca de dolor al pensar en el dinero que le quedaba, sobre todo después de gastarse ochocientos dólares en Zayn Malik en la subasta.

La puerta se abrió y apareció Red, un enamorado de la playa de cuarenta años, piel curtida, hombros anchos y pelo oscuro. El hombre que le había dado un trabajo y que le había dejado demasiado tiempo libre en las manos. El mismo que, aunque nunca había querido tener hijos, la había acogido como si fuera su propia hija, dándole todo lo que podía cuando la vida le había quitado tanto.

Y como siempre, verlo la conmovió profundamente.

A él se le iluminaron los ojos, pero acostumbrado a ponerle mala cala, se apoyó en el umbral, cruzado de brazos y preguntó:

-¿Ya ha pasado una semana?

-Sabes que sí.

-¿Y qué quieres?

Ella le puso el fajo de billetes en la mano.

-¿Tú qué crees?

Red miró el dinero, y como todas las semanas, frunció más el ceño.

Era el mismo diálogo. Como siempre, él trató de devolvérselo, y ella se llevó las manos a la espalda.

-¿Qué pasa? ¿Mi dinero no es lo bastante bueno para ti?

-Te he dicho que no quiero que me des dinero, ______.

-¿Cuántas veces tenemos que discutir esto? Quiero dártelo, por haberme ayudado.

-Está bien. Supongo que no te habrás metido en líos.

-Supones bien-dijo ____, echando un vistazo a su alrededor-¿Has contratado a una asistenta para que arregle este antro?

-Sí, con tu dinero. Gracias. ¿Seguro que no lo quieres? Podrías dar unas lecciones de cocina, aprender a hacer brownies.

-Muy gracioso.

Todos conocían su esfuerzo por hacer brownies decentes. Y en realidad, el empeño tenía sentido. Cualquier psiquiatra habría disfrutado con ella, porque su madre siempre hacía brownies, y siempre estaban deliciosos.

En el fondo, _____ sabía que los estropeaba a propósito. Debía de tener algo en contra de ser feliz, o de desear el amor verdadero, o estaba asustada por alguna estupidez semejante.

Pero no le importaba y seguía intentando hacer brownies como los de su madre.

-O podrías comprarte ropa nueva-añadió Red, mirándole los shorts desgarrados, la camiseta con un dibujo divertido y las chanclas-O incluso podrías cortarte el pelo. Tienes que buscarte un chico.

-Para que lo sepas, tío, no necesito ropa nueva ni otro peinado para conseguir a un chico.

-Pues yo no veo que lleves ningún anillo de compromiso.

-No me interesa casarme. ¿Cuál es el problema?

-Tal vez que me gustaría verte feliz y que te cuiden.

____ se estremeció al oírlo, pero se mantuvo firme.

-Te lo agradezco mucho, pero soy capaz de hacerme feliz y, desde luego, puedo cuidarme sola. Ya llevo bastante tiempo haciéndolo.

-¿En serio? ¿Lo tienes todo cubierto?

Ella levantó la barbilla.

-Por supuesto.

-¿Y también puedes tener hijos sola?

-¡Tío, que solo tengo diecisiete años! ¿Quieres dejar de atosigarme con sermones para mujeres cuarentonas y vírgenes?

-¿Entonces porque sigues aquí? ¿Has hablado con tus padres?

-Sí, hace varios días hablé con mi madre. Y he pensado que me invitarías a comer las sobras de tu cena de ayer.

-Está bien.

Red se apartó y le hizo un gesto con la cabeza para que entrara. En cuanto _____ llegó al último escalón, la tomó de los hombros y la atrajo hacía sí para darle un abrazo. Ella se quedó inmóvil.

-¿Las sobras de la cena?-Murmuró Red, entre carcajadas-¿Alguna vez te he dado de comer sobras?

-No, porque afortunadamente eres tan buen cocinero que rara vez sobra algo.

-Entonces supongo que tienes suerte, porque acabo de preparar la cocina.

-¿En serio?-Preguntó _____, fingiendo sorpresa.

El gesto lo hizo reír, porque los dos sabían que la esperaba y que, como siempre, había hecho algo de comer.

-Ven-dijo él, llevándola a la cocina, donde algo olía deliciosamente-Y ponme al día.

Ella le contó las novedades, aunque sin mencionar nada de su cita con Zayn, tal vez por el mismo motivo por el que no se lo había contado a Jessica; porque no sabía que decir.

Seduceme (Zayn Malik y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora