Prefacio

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Muchas veces pensaba que con pasar de los años aquellos jóvenes dejarían de molestarme, pisotearme, golpearme e incluso humillarme. Pero eso jamás sucedió.

Al llegar a la escuela lo primero que hacía era quedarme entre los arbustos de la entrada, esperando a que todos se fueran a sus aulas. No tenía amigos, tampoco los necesitaba, estaba feliz sólo, con una familia descompuesta.

Todos en aquella escuela me hacían sentir mal, no lloraba, ni me quejaba, solamente los escuchaba e ignoraba. Esa era mi rutina.

Y nadie lo sabía.

El dolor se acumulaba en mi pecho, intensificandose, me sentía vulnerable y triste. Todas las noches lloraba, descargando mi nostalgia, quedándome en vela imaginándome, como sería si yo no fuera un... fenómeno.

Cada vez que me hacían sentir mal con golpes e insultos, recurría a la biblioteca y lloraba con dolor hasta que esta cerrara. No quería preocupar a mi madre.

Deseaba ser libre, dejar de ser aquel chico vulnerable que se dejaba pisotear por todos. Todos creían que no tenía sentimientos. si los tenía, pero no los demostraba.  Trataba con todas mis fuerzas ser alguien invisible para ellos y añoraba todos los días ser alguien que ellos no tomen en cuenta. Yo soy una persona y me duele todo lo que me dicen y hacen.

Me apellido Kim de nombre Taehyung, no soy el típico chico que sale de casa en su patineta y va al supermercado en busca de lo que su madre le pedía. Yo no soy así.

Soy aquel que saca calificaciones destacadas, que va a la biblioteca y a su hogar en sus tiempos libres, quién se encierra en su habitación haciendo deberes y que únicamente salía para la hora de comer e ir a la escuela.

Mi vida cambia drásticamente, cuando el día de mi cumpleaños número diecisiete se celebra con una pequeña cena y una torta de chocolate con frutas —Como todos los años— únicamente con mi familia.

Aquella noche cuando decido dar un paseo a las afueras de casa después de haber celebrado mi cumpleaños, desafortunadamente aquella salida se torna una tragedia, una semana inconsciente estuve en el hospital y al despertar, descubro las afirmaciones de mis compañeros que me decían «fenómeno» se hacen ciertas. Y lo era, tenía un don. Un don que probablemente me ayudaría a defenderme de aquellos chicos.

Dejando de ser vulnerable a alguien que podía dominar todo a su antojo.

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⏰ Última actualización: Mar 28, 2020 ⏰

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