Amanda, una adolescente de diecisiete años, llega por accidente a un mundo hecho de golosinas llamado Candyland; allí conoce a la reina Candy además de hacer amigos, pero también conoce al emperador Brownie.
¿Qué cosas le aguardan a Amanda?...o mej...
Era un día normal y corriente de verano, ese mismo día, salí a pasear un rato como cada mañana.Mientras andaba, comenzó a llover de repente, algo bastante inusual en estas fechas.Corrí lo más rápido posible para no mojarme demasiado, aunque por desgracia, tropecé y caí en un charco, el cual me absorbió y me transportó a un mundo diferente.
Todo ese lugar estaba hecho de golosinas , como por ejemplo el suelo, que era sal de fruta; o los árboles, piruletas y otras cosas más.Estaba claro que no estaba en casa, pero entonces... ¿dónde diantres me encontraba?
Una chica rosada se acercó; era alta y delgada, su pelo era blando y moldeable. Toda su ropa era rosa; también tenía una mirada autoritaria.
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-Oye forastera, ¿qué te trae por Candyland?-Preguntó
-Esto...mi nombre es Amanda, y no tengo idea de como he llegado hasta aquí; lo único que recuerdo es que estaba paseando y me caí en un charco.
-Hmm... no se si dejarte entrar, podrías ser un peligro para Candyland.
No sabía que hacer, estaba sola con aquella desconocida y lo mas seguro es que no hubese cobertura para llamar a mis padres. Le pregunté si sabía como volver, pero negó diciendo que tal vez una tal Candy lo sabría.
-Ni sé quien es, ni sé como se llega
-Yo estoy de servicio, pero tal vez una amiga pueda llevarte.
Acepté y esperé a que su amiga, quien llegó al rato y luego fuimos al castillo, el cual estaba más lejos de lo que yo pensaba.
(Y hasta aquí el capítulo de hoy, el sábado más; si crees que debería ilustrar más los capítulos: házmelo saber ;) )
