Son cerca de las seis de la tarde y voy conduciendo camino a su casa. Hemos quedado de acuerdo en estudiar. No es la primera vez que lo hacemos. Yoongi y Yo somos realmente amigos, desde hace ya diez años. Siempre hemos congeniado y tenemos una confianza única. Solo que hay un problema. He estado, estoy y estaré completamente loco por mi amigo. Perdidamente enamorado suena como un buen concepto.
Por supuesto, el no tiene idea de lo que yo siento. Eso hubiese arruinado nuestra amistad, y yo no quería eso. Separarme de el habría sido mi perdición. Yo aceptaba cualquier cosa, siempre y cuando no fuese alejarme de Yoongi. Era así como lo había visto reír, llorar, sufrir, enamorarse... así como ahora. Llevaba varios meses con su nuevo novio Jungkook , el cual definitivamente me odiaba. Yo en realidad no le había dado motivos para eso, pero el parecía tener un sexto sentido muy agudo. El lo intuía y ya los había oído discutir varias veces al respecto.
FlashBack
- No lo quiero en tu habitación – chillaba Jungkook, furioso
- Pues no estoy pidiendo tu opinión. El se queda y punto
- ¿Es que no lo ves? ¡Se te quiere meter por los ojos y cuando menos lo pienses se estará metiendo a tu cama!
- Jungkook, basta. Jimin es mi amigo, desde mucho antes que tú llegaras. Además, el jamás haría algo así, lo conozco.
- ¡Yo sé cómo te mira! y tú lo defiendes en todo
- No dejare de ser su amigo por tus celos infantiles. Fin de la discusión.
Fin FlashBack
Yo esa vez había estado en el baño y lo había escuchado todo, Luego cuando entre en la habitación, Jungkook ni siquiera me miraba y Yoongi me sonreía como siempre. Creo que eso solo causo que me odiara aun mas si eso fuese posible.
Desde ese día, Jungkook no volvió a ir a la casa de Yoongi, pero a él no parecía incomodarle demasiado. Se veían mucho en el instituto... y yo odiaba eso. Realmente.
Los veía conversar, reírse... besarse... y ahí yo parcia no existir. No tenia posibilidad de hablar con Yoongi, excepto en el par de clases que nos tocaba juntos. Es por eso que me gustaba cuando Yoongi tenía algún problema en matemáticas. Siempre recurría a mí, aunque sus hermanos destacasen en ese curso en particular. Parecía que solo conmigo aprendía. O quizás era mi paciencia, porque a veces Yoongi podía ser muy cabezota, era increíble. Y yo tenía la paciencia de explicárselo 10 veces si fuese necesario. Mientras más se demorase en aprender, mejor para mí.
Me estacione afuera de la hermosa casa y entre, como siempre, sin llamar a la puerta. La puerta estaba constantemente abierta y me encontré con Tae y Jin luchando en la PlayStation.
- ¡Hey ChimChim!- grito Jin, sin quitar los ojos de la pantalla
- Que tal Jimin – dijo Tae, sonriéndome
- Que tal chicos... ¿lucha a muerte? – pregunte mientras me acercaba a ellos, mirando lo que jugaban
- Que va, esto no es lucha, es masacre – rio Jin.
- Solo por ahora – se defendió Tae.
- Hey chicos...¿Y Yoongi?- pregunte
- En la habitación – dijeron ambos a la vez
- Gracias
Los chicos siguieron luchando entre gritos, mientras yo subía al segundo piso por la escalera, encaminándome a la habitación de Yoongi. Mi corazón se acelero, como siempre que estaba cerca de él. Camine lento hacia su puerta, deteniéndome un poco en el pasillo, donde se encontraba el gran espejo, para verificar mi apariencia.
