1. LA PROPUESTA

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Si una palabra tuya me subleva

¿Qué pasará si me besas?

Por favor no lo hagas,

Me robarás el alma

Y es todo lo que me queda.

Poemas de amor sin razón
Pat Muñoz

Ella se encontraba concentrada en la oficina de su casa, cuando llamaron a la puerta.

Jamás recibía visitas sin previo aviso, y le molestaban las interrupciones. Resignada, decidió tomarse un descanso.

Al abrir la puerta, ahí estaba él, con su suéter color beige, el portafolio casual en la mano izquierda, la barba crecida de un par de días y una sonrisa impecable.

-Hola- le dijo mientras ella tragaba saliva. El vecino guapo estaba en la puerta de su casa.

Con ojos acusadores por haberla interrumpido dijo:

-¿Se te ofrece algo?

-Necesito hablar contigo. ¿Puedo pasar?

-De hecho, iba de salida a fumarme un cigarro -dijo desconfiada-, si quieres acompáñame y hablamos-. Tomó su cajetilla y salió a la terraza común del edificio.

Se veía nervioso, lo notó al instante. Ella se dedicaba a observar a las personas y hacer análisis psicológicos.

-Tú dirás-lo miró a los ojos con seguridad.

-Bueno, no sé por dónde empezar.

-Por el principio- ella sonrió y dio una calada al cigarro.

-Me gustas, me pareces una mujer muy interesante. Iré al grano, vengo a preguntarte si quieres tener una aventura conmigo.

Se esperaba cualquier cosa de aquel hombre, menos que le pidiera una insensatez. Lo observó meditando con calma, no tenía idea de qué pensar y mucho menos, qué responder.

-¿Una aventura?-dijo con firmeza, suponiendo que de índole sexual.

-Sí.

Sonia giró hacia el balcón del área común del condominio, recargó sus manos sobre el barandal, observando el enorme jardín con la piscina central. ¿Por qué le pasaba esto a ella? ¿Qué había hecho para que un desconocido viniera a hacerle una oferta de ese tipo?

-No-. Respondió caminando con decisión a casa, después de apagar el cigarrillo. Ni siquiera se volvió para mirarle.

-Espera-le llamó-, al menos dime algo.

La mujer tomó aire. Se giró con ojos asesinos y enfrentó a aquel hombre, con toda la intención de dejarle las cosas claras.

-Jamás. Estás con la persona equivocada. ¿No te das cuenta? Estoy casada, amo a mi esposo y a mi familia por sobre todas las cosas.

Él la observó, sus ojos la deseaban. Era un idiota por haber dicho aquellas palabras, pero ya no podía dar marcha atrás.

Todas las mañanas se topaba con ella. Lo que había descubierto sobre el esposo de esa mujer, había sido la verdadera razón de atreverse a buscarla.

Sabía que ella pasaba las tardes sola, y los niños volvían cerca de las siete de la noche, con su padre.

-Sé que no te soy indiferente - se acercó.

Ella comenzó a alterarse, aquella situación no tenía sentido y no deseaba que se saliera de control.

Sonia Bravo, la psicóloga controladora del personal de las empresas más importantes de la región, se encontraba por perder la cordura.

-¿Y tú crees que por observarte un par de veces, tienes derecho a venir a hacerme tal solicitud?  No me interesa nada de ti. Adiós-. Ella se marchaba de nuevo, cuando él la alcanzó:

-¡Espera! Al menos dime cómo te llamas.

Sony abrió el cerrojo de su casa, entró y antes de azotarle la puerta en la nariz agregó:

-Si tanto te importa, investígalo.

-Si tanto te importa, investígalo

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EL AMOR LLEGA, Y TÚ NO ESTÁSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora