Náufrago [TaeKey]

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Lo podía escuchar, aquellos sonidos sordos que llegaban hasta el ventanal, el romper de las olas con un baile diferente, el tenue color naranja empezar a perderse.

Sus yemas rosaron el cristal mientras su cabeza reposaba contra el marco, su corazón palpitaba y estaba casi seguro que nadie podría oírlo, nunca nadie lo había hecho antes.

Los dedos descalzos de su pie se contrajeron cuando sintió el suelo frío. Se frotó el pecho con la mano mientras sentía sus labios quemarse. Las suaves sinfonías que nublaban el ambiente, las paredes retumbaban y él sentía el techo moverse. Las luces plateadas del farol de la entrada empezaban a encenderse.

—Bum— susurró cuando el color naranja se perdió. Golpeteo con fuerza sus dedos sobre la carne de su pecho. La música no se detenía y él tampoco quería hacerlo.

Su flequillo cubría la mitad de su frente, tenía la piel del pecho expuesta, los botones de su camisa se habían perdido o quizá había salido volando cuando lo tuvo —a él — cerca.

Sus manos habían recorrido con furia y entusiasmo cada rincón de su cuerpo, guiado por la brújula que retumbaba con fuerza dentro de su pecho cual náufrago perdido.

No sabía cómo reaccionar y tampoco quería pensarlo tanto.

Jugueteo con el borde de la hebilla plateada, sentía los dedos más largos de lo normal, sentía como si pudiera alcanzar cualquier cosa que quisiera, pero no sabía que era lo que quería alcanzar.

Él lo había estropeado, había llegado y lo había marcado cuando él nunca quiso estarlo, era un veterano totalmente experimentado, sabía que el amor dolía, pero no podía evitarlo.

Se había enamorado, de esa persona que estaba en su cama con el cuerpo enrollado entre las sabanas. Aquel que respiraba como si no pasará nada y el mundo no tuviera plagas.

Aquel que lo miraba, y repetía su nombre mientras estiraba su mano para que él la alcanzará. Se había enamorado de aquel muchacho que miraba la vida desde una perspectiva distinta.

— ¿Has estado despierto? — flexiono las rodillas antes levantarse, rosó el cristal por última vez, el cuarto cada vez oscurecía más rápido. —Lamento si te he despertado— Taemin rodó los ojos mientras estiraba su mano de nuevo para perfilar su rostro con su dedo.

Esos momentos eran su paraíso desierto.

—Apenas me he despertado, no te preocupes— la frente de Kibum estaba perlada, Taemin se enderezó, tomó su camisa y la acercó a su rostro. — ¿Qué tienes?

—Nada— detuvo sus movimientos con su mano derecha. Su corazón latía con más fuerza, y si antes pensaba que nadie podría escucharlo, ahora ya no estaba seguro. La música se había detenido y él sabía que tendría que hacer lo mismo.

—Yo no voy a lastimarte— susurró Taemin cuando pegó su frente contra la de él, Taemin había aprendido a leerlo, conocía su miedos y sabía que él era uno de ellos. —Yo no soy igual a nadie y tampoco quiero lastimarte, solo quiero que intentes amarme sin temor— Kibum presiono su cuerpo. Se sentía mareado.

—Siempre empieza así, y terminan con palabras que me hacen daño— Taemin subió sus dedos hasta rozar su pecho descubierto. Sus dedos se movían de nuevo.

—No quiero alejarme de ti y sé que tu corazón tampoco quieres eso, lo escucho enloquecer cuando estoy cerca de ti, y sé que es por mí— sus labios estaban fríos esperando por el caliente contacto— Así que cállate y déjame amarte, porque te juro que se cómo hacerlo— mentiría si dijere que estaba seguro de ello, pero prefería confiar en él, confiar en alguien más aunque sea por última vez.

—Eres muy obstinado.

—Y tú muy terco... pero también eres bello— acarició sus cejas con su pulgar al mismo tiempo que atraía su rostro para besarlo. Kibum podía escuchar los fuegos artificiales, pero esperaba que Taemin también pudiera escucharlos.

—Confío en ti— susurró antes de perderse en las caricias que siempre lo llevaban al cielo de una forma estremecedora. Seguía escuchando las olas a la orilla del mar, pero esta vez sabía que alguien más estaba escuchándolas.

No podía percibir la luz, solo el calor, el calor que emanaba su cuerpo mientras era sostenido con fuerza, amor y pasión. Escuchaba los latidos de Taemin y él escuchaba los suyos. Aquellos susurros tiernos. Aquellos susurros pasionales que rosaban contra su oreja mientras la cama rechinaba.

—Eres muy ruidoso— murmuró Kibum mientras tomaba posesión de su cuello.

—Te amo— el cuerpo entero de Kibum se estremeció, no tenía una respuesta concreta, sabía lo que sentía, pero no sentía correcto decirla aún. Fundió sus labios de nuevo, porque sabía que Taemin no esperaba que él contestara.

Por primera vez se sintió parte de algo.

[...]

Espero que les guste, acabo de hacerlo :'v

RoyalHeaven

❝Royal Palace❞ ↪SHINee, One shots↩Where stories live. Discover now