Epílogo

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La historia llegó a mí de una manera peculiar, con la forma de una pequeña libreta azul, entregada por uno de esos seres de orejas características y estatura pequeña; pocas personas tienen el honor de conocer el mundo de los duendes, y ahora tú fuiste de esos privilegiados. Ya hace tiempo de eso, pero recuerdo que ese duende me dijo que mi responsabilidad era compartir esta historia con los humanos , y eso es lo que hice, y no puedo hacer más que agradecerte por escucharla hasta el final.
Lo único que puedo decirte ahora, es que no dejes que esta aventura muera aquí; compártela, inspira a los que te rodean, y haz que conozcan el nombre de aquella duende que nadie conocía, no hasta que se atrevió a ser la héroe que estaba destinada a ser.
Y creo que aquí entra el momento de despedirnos. Pero no se preocupen, si más noticias de Chelina llegan a mis oídos, tengan por seguro que volveré para contarles.
Ahora, antes de irte, quiero que te hagas esta pregunta, y que la lleves contigo siempre:
¿Me atreveré a ser el héroe que estoy destinado a ser?

Chelina ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora