Monólogos

Princesa

¿Por que lloras, princesa? ¿que no ves que manchas de melancolía tus elegantes vestiduras? levanta el semblante, tu belleza es demasiado para ser contemplada por los mosaicos.

¿Por que lloras? ¿no ves que el tapizado se estremece y las paredes gimen al escuchar tu clamor?

¿Por que clamas? ¿a caso te sientes agotada de tu realidad?

Princesa, dime ¿quien te tiene contra de tu voluntad? ¿quien te encerró en esta torre? ¿quien hace de tu vida un calvario?

No tiene usted por que seguir aguantando, hermosa; libérate de lo que te hace infeliz, princesa, escapa de aquí, princesa, corre lejos de aquellos que ultrajan tu alma, huye de los malvados que gozan con tus tristes gemidos, de aquellos cuyo éxtasis es escuchar tus lamentos.

¡Princesa! ¡despierta! no permitas que seas mangoneada, utilizada cual títere de cuerdas a intención de aquellos que escupen en tu cara.¡Libérate, princesa! fugate de esta torre que tiene tu hermosa dermis agrietada y tu alma hastiada.

Corra, su majestad, y llena tus pupilas de la aurora y las mas entrañables y hermosas criaturas, engulle tus oídos del canto de los pajaritos, el chirrido de los grillos y el sonar de los riachuelos; deja tu hermosa piel ser banada por el rocío mananero, regalo de Dios; disfruta de los mas deliciosos manjares ¡tenga una vida plena!

Deje que el sol acaricie su tez, mientras que es reflejado en tus hermosos ojos de cristal y el viento arrulle y despeine tus hilos. Deja que el pasto haga cosquillas a tus pies. Deja que tu alma se alegre por vivir.

Habran tormentas, querida, que quizas pienses que sera el fin y creeras que liberarte fue una mala idea, mas no sera asi: seras cautiva de una de las maravillas que la naturaleza te brinda. Brillara en tu piel de porcelana.

Y recuerda: mientras mas dificil la batalla, mayor sera la gloria, princesa.