Nadie como tú

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¿Hay acaso algo tan hermoso como amar? ¿Ser amado tal vez? Si lo hay, encontrar a la persona perfecta esa, que aunque este cerca o lejos, puede hacerte feliz solo con existir.

Yo la encontré, no donde siempre pensé que estaría, conciertos, grupos, fans, la encontré en otro lugar, lejos del ruido, lejos de la fama, en un mundo donde ella no sabia quien era yo y eso, la hacia hermosa.

La miraba cada día sin que ella lo supiera, aquella que imaginé en cada canción, en cada letra. Ahí estaba, y yo intentando descifrarla porque ella era vida y antes de verla comprendí que estuve muerto todo este tiempo.

Así es ella, es día y noche, es luz y oscuridad, cielo e infierno. Puede encender y apagar mi mundo con solo aparecer.

Cuando la veo pasar mi corazón se detiene, ella no sabe todos los efectos que causa en mi. Su mente esta llena de fantasmas, de inseguridades, piensa en cómo la mira el mundo, en su mente cree que es invisible.

Tiene una risa estrepitosa, que ahuyenta a las aves, cuando ríe su cuerpo entero lo hace, sus ojos se encogen. Para mi su risa son fuegos artificiales.

Sigue creyendo que es invisible, aparenta que no le importa lo que digan los demás, salta, baila, suele girar estirando los brazos cuando se le da la gana. De repente y en cualquier momento, canta, solo porque recordó una canción, así sin razón ni lógica. Y saluda, donde sea que vaya saluda a la gente con alegría, con una sonrisa, sin medir la potencia de su voz, aunque no le respondan. Se siente mal, pero sigue.

Y cuando se pone auriculares puedo adivinar que musica escucha, porque, sin darse cuenta, hace gestos, mueve sus ojos, los pies y las manos. Baila con la cabeza, se deja llevar.
Yo la miro, la leo de lejos, ella es poesía, es musica, es risa.

¿Podría alguna vez decírselo?
Oye, te he estado observando. Me fascinas
¿Que haría ella? Sonreír? huir? No lo sé, ella es un misterio.
Quizás si se lo dijera, ella dejaría de acomplejarse. Tiene complejos, lo sé. La veo ocultarse de la gente, estirar sus remeras, mirarse en los espejos de reojo sin querer enfrentar lo que este le devuelve, pero pronto lo olvida y vuelve a reír.

Lee, ella lee, se sumerge en esas historias de amor y esta convencida que solo sucede en sus libros, suspira y en ese suspiro ahoga sus penas, de creer que no existe nadie así para ella, sus ojos brillan cuando lo hace, esos ojos marrones que podrían devolverle la paz al mundo.

La veo venir, a lo lejos, se que me mira, intenta ocultar su risa mordiéndose los labios, se acerca, se agita, acomoda su cabello detrás de su oreja, baja la mirada y sigue de largo. Dejando la estela de su aroma a maracuyá. Me doy vuelta a mirarla y la veo presionar su mano.

Si tan solo no bajara la cabeza, la saludaría con una sonrisa, obligándola a responder. Pero si fuera tan fácil no seria ella.

Cuento los minutos, imagino que diré el día en el que ella se de cuenta de que estoy aquí, siempre estuve aquí, observándola, leyéndola, escribiéndola, cantándola.

El bendito día en él que se deje amar, se descubra, se mire por primera vez y se de cuenta de que ella también puede ser la mujer de los sueños de alguien, de los mios.

El día que no baje la cabeza, que no se oculte, porque ella es libertad pero es prisión. Y yo quiero cumplir mi condena en sus brazos.

Ella es la clase de mujer que ama como fuego, arrasando con todo a su paso. Que no deja ninguna parte de tu cuerpo sin cubrirla de besos y que te hace regresar a consumirte en su ser, porque esta deseosa de calor, pero ella misma es calor.

Pero también es mar en calma, es paz y serenidad, puede sanar cualquier herida con un abrazo y reconstruir un alma rota con una mirada. Pero ella no lo sabe.

Y cuando habla se apasiona, mueve las manos, y abre sus ojos otra vez, levanta las cejas, mueve sus labios de un lado a otro, cuando habla su cuerpo entero lo hace

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Y cuando habla se apasiona, mueve las manos, y abre sus ojos otra vez, levanta las cejas, mueve sus labios de un lado a otro, cuando habla su cuerpo entero lo hace. Aunque no escuche lo que dice, se que tiene razón, y que con su modo de hablar podría convencer a cualquiera. Hasta cuando calla dice mucho.

Desde el otro lado puedo ver su ansiedad, mueve sus pies, estira sus dedos, garabatea un papel. Mira a los lados, suspira, apoya su rostro en sus manos.

Se que espera a alguien, tal vez a nadie, pide un té de frutilla y tarta de limón, lo hace siempre. Escribe en una libreta. Su ropa deja ver un tatuaje en él antebrazo. "Fe". Así la definiría, ella misma es fe. Porque aun sin verla, yo creería en ella y si no existiera la crearía.

Mira por la ventana, adora la lluvia, lo se porque cuando empieza a llover su cara brilla, se apresura a pagar y sale. Se va. Y yo la espero otro día mas, en él mismo lugar. Ella sentada en aquella mesa del café y yo en la barra observandola, como cada tarde, inventandola cuando desaparece. Para no olvidarla, cierro los ojos y recuerdo su aroma.

Se que volverá al día siguiente y volveré a cruzarla, la miraré, pero esta vez ella no bajará su mirada.

-¡Hola!

- Hola! Dirá con su potente voz, algo sorprendida, algo confundida pero con la sonrisa de siempre

Y así empezará esta historia, aunque para mi ya haya empezado hace mucho...

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Fin 💛

Perfecta × Taehyung × O.SDonde viven las historias. Descúbrelo ahora