Just a Date..

Jimin.

Había pasado ya unas horas desde que Jimin y Tamy habían abandonado la casa en la que prácticamente todos convivían juntos; él era de esas personas que amaban tener todo organizado por lo que había planeado en apenas segundos lo que harían en el día. Comenzando con ir a pasear al parque y continuando con un almuerzo en uno de los restaurantes favoritos de Jimin del que ahora salían riendo y bromeando.

Era difícil no pasarla bien con Jimin puesto que él siempre se encargaba de hacer sonreír a las personas y hacerlas sentir bien.

—¡Oye, mira, una mariposa! —exclamó él señalando hacia el lado opuesto a Tamy causando que esta volteara la mirada y siendo esto aprovechado por él al depositar un tierno beso en su mejilla.

—¡J-Jimin! —exclamó con las mejillas algo encendidas Tamara volteandose y mirando como su rostro parecía el de un niño que acaba de realizar una travesura.

—No te enojes, no puedo hacer eso cuando te ronda Namjoon —se quejó él haciendo un pequeño puchero y haciendo que Tamy se derritiera por dentro.

—Y tienes suerte, probablemente mi monstruito ya te hubiese saltado encima —ella puso los ojos en blanco y sonrió. Si JHope era celoso Namjoon lo superaba con creces—. Entonces, ¿qué prefieres que hagamos ahora?

Por supuesto, él ya tenía la respuesta a esa pregunta, pero aún así simuló pensar unos segundos.

—¿Qué te parece pasear por aquí un rato más y luego seguir nuestro recorrido? —prerguntó él con una sonrisa de oreja a oreja.

—Por mi esta bien.

El entusiasmo de Jimin era contagioso, y es que el chico se encontraba muy feliz de por fin pasar tiempo con una de las chicas, mas especificamente con Tamara. Para empezar, ella había sido una de sus mejores amigas, fue él el que los presento con Namjoon y se sentía un poco dejado de lado ahora que ambos salían y que el lado sobreprotector del líder había salido a la superficie. Entre sus agendas apretadas y el trabajo en el hospital de Tamy apenas si podía verla puesto que los pocos días libres en los que concordaban el hoyueludo se la secuestraba para él; aún si era muy común verlas a las tres amigas en su departamento, poco era el tiempo que realmente podían pasar en calidad de amigos como en los viejos tiempos.

—¿Y cómo van las cosas por el hospital? —preguntó él mientras caminaban tomados del brazo por el parque, rompiendo el tranquilo silencio que se había formado entre ellos.

—Agotador, pero amo ayudar a las personas, mucho más a los pequeños, así que no me quejo mucho —ella elevó sus hombros en un gesto de restar importancia.

—¿Ya están pensando en tener un hijo con el líder? —preguntó él con una sonrisita traviesa.

—¡Eso no es de tu incumbencia ChimChim! —las mejillas de Tamara estaban encendidas de un color rojo carmesí mientras la risa de Jimin se escuchaba por todo el parque—. ¡Deja de reírte!

Tamy soltó el brazo de su amigo y le dio un pequeño empujón... pero no pudo preveer que lo empujaría justo debajo de uno de los rociadores de agua del parque, por lo que ahora era ella la que se carcajeaba al ver a su amigo completamente empapado.

—O-oye Jimin n-no me mires así —se atajó ella apenas recuperada de las frecuentes carcajadas y es que su amigo parecía estar a punto de matar a alguien aún si una media sonrisa adornaba su pequeño rostro.

—Esto no se queda así señorita —y antes de que ella pudiese reaccionar él ya había tirado de su brazo, empujandola debajo del agua justo a su lado.