Llevaba dos días sin comer hasta que Jungkook apareció en mi casa para romper todas tus cartas mientras yo me limitaba a mirarlo y a acariciar a Vivi, el perro el cual te compré y al cual abandonaste junto a mi.
Comimos juntos mientras me contaba lo mal que lo había pasado cuando fue con Jimin de compras, unas chicas los pararon para tomarse fotos y acabaron por agobiarlo tanto que acabó hiperventilando en una esquina.
Bueno, ya sabes cómo es Jungkook con las chicas.
-Hyung, ¿por qué lo sigues amando después de todo?
Dejé de comer y lo miré, meditando mis palabras ya que se solía influenciar por mi.
-Los sentimientos no desaparecen de un día para otro, Kookie.
Se encogió de hombros y se levantó a abrir la puerta mientras yo me recostaba con el animal en mi estómago.
Cerré los ojos y todo lo que escuchaba eran gritos, tu voz y la de Jungkook.
Me levanté corriendo hacia la puerta, tropezándome con varias cosas por el camino.
-Nammie...
Sonreíste aliviado al verme, mi reacción fue quedarme detrás de Kookie, mirándote.
Diablos, el pelo rosa te sentaba demasiado bien.
-Ni Nammie ni mierdas.
Jungkook te cerró la puerta en la cara, no hice nada ya que eso era lo que hacía desde que me dejaste, estar en modo vegetal.
Me sorprendí cuando vi al pequeño dirigirse a la puerta con el cubo de basura, echándote todo el contenido en la cabeza.
-Tus regalos, Nammie no los necesita. Vete a follarte a Taehyung y déjalo en paz.
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Uljima. [TaeJin;NamJin;NamKook]
FanfictionAsí que dijiste que siempre íbamos a estar juntos, como la espuma y el mar. Luego dijiste que éramos las agujas del reloj, juntas pero separadas. Ahora... Ahora creo que no somos nada, exactamente eso, nada.