Pingüino

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Supongo que hay que contar esto para entender mi historia. Es un fragmento importante.

Te dediqué todo un capítulo de mi historia, pedazo de basura. Ojalá me leas algún día.

Detesto todo lo que hiciste conmigo y mis sentimientos; el fin no justifica los medios.

Ojalá se te devuelva todo lo que hiciste, multiplicado por mil.

¿Rencorosa yo? No, jamás...

Bien, a Pingüino lo conocí exactamente el 11 de enero del dos mil quince.

Estaba yo navegando en mi "inicio" de ask.fm cuando apareció una respuesta de una putita bien famosa en esos tiempos de acá de mi ciudad.

LaSexona.

Me fijé que el tipo que le hacía la pregunta tenía excelente ortografía así que me metí en su perfil para cachar qué onda.

Me enamoré instantáneamente.

Era un emo turbus (frentón) que tenía buena ortografía y se veía bastante guapo.

Mi corazón latió a mil por hora. Necesitaba conocerlo.

"¿De dónde eres? y-y" le escribí en anónimo y no me quiso responder hasta que no sé cómo terminamos intercambiando el WhatsApp.

Al día siguiente, yo tenía que trabajar, sí, mi primer día de empaque, y el tipo me había dejado el visto la noche anterior así que no le di importancia y seguí con mi vida.

Pero en la noche hablamos.

De un día para otro, no parábamos de hablar, era re fantástico, el tipo me dedicaba todo el tiempo del mundo, se reía de mis chistes fomes, todo perfecto, hasta jugábamos a ser esposos...

Pero había un problema. Él era de Punta Arenas. Chucha del mundo.

Y yo de Calama. Chucha de su mundo.

Pasaron tan rápido los días hablando con él y tratándonos de lo más tiernos posible hasta que un día (el treinta y uno de ese mismo mes) me dijo que no aguantaba más, que estaba esperando a decírmelo en persona pero para eso faltaba mucho así que me lo escribió:

Dos y algo de la madrugada. Cuando a uno le da firme la sinceridad y los sentimientos están a flor de piel.

"Belén, ¿quieres ser mi novia?"

Ya, ahí se me paró el corazón.

Un, dos, tres, me muero.

Tres, dos, uno, revivo.

OMAIGÁH.

Estaba enamoráh hasta las patas de ese chico del WhastsApp, nunca había sentido algo así, era increíble cómo en tan poco tiempo me había encariñado con una persona que probablemente ni siquiera existiera.

Titubeé.

¿Podría mantener una relación a distancia?

Sí, para mí todo justificaba este amor; no me importaba que jamás nos besáramos, que jamás nos abrazáramos y camináramos de la mano, que jamás pudiéramos salir como una pareja a matar el tiempo por ahí, ver películas fomes y reírnos de la nada, yo... Yo solo quería dar y recibir amor de esta persona que acababa de darle un buen revolcón a mi vida.

  ¿Qué puedo decir? Trabajaba tres horas al día y todo el resto del tiempo me dedicaba a hablar con Pingüino de todo y de nada. El primer mes fue fantástico, el segundo viajé a Santiago y la cosa se puso más seria:

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⏰ Última actualización: Mar 10, 2017 ⏰

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