blue - noctis

uno.

Caminaba por las grandes calles del reino, tomada de la mano de mi hermana menor, Kate. Al llegar a nuestro hogar, caminamos hasta la entrada, una vez dentro me di cuenta de que muchas cosas estaban tiradas en el suelo, había floreros rotos y cuadros partidos por la mitad, todo era un desastre. Nos quedamos paradas en la puerta sin hacer ruido, en total silencio.

—Por fin llegaron...—La sonrisa macabra del sujeto al fondo de la casa, me causaba pesadillas.

—Kate, ve por ayuda—Dije temerosa, mi hermana menor, salió corrido, sabía que tenía que quedarme para ayudar a mi madre. Por esto no me había ido de mi hogar a pesar de tener un trabajo, una motocicleta y con veinte años de edad.

—Estuve esperando esto hace mucho tiempo—Sonrió—Y la inútil de tu madre se entrometía.

—¿En donde está ella?

Estoy tan preocupada, sentía tantos nervios y estrés.

—En la cocina—Señaló con indiferencia, como si no le importará y era verdad, no le importaba.

Corrí hasta ahí y la vi, un gran charco de sangre rodeaba su cuerpo, aquel cuchillo que había usado para acabar con la vida de mi madre, estaba encajado en su estómago. Dave, aprovechándose de la situación me sometió. Iba a violarme y lo sabía muy bien.

—¡Déjame!—Grité inútilmente.

Sin responder a mi plegaría, me lanzo al suelo muy molesto. Tomé el cuchillo del estómago de mi madre, tomé mucha fuerza de voluntad al hacerlo.

—No te atrevas a tocarme—Todo en mi mente estaba en negro, no estaba conciente de mis acciones.

Las cosas pasaron muy rápido, yo era la culpable de la muerte de Dave. Fue en mi defensa, había olvidado algo muy importante, Dave pertenecía a la seguridad y alguien había reportado que habían escuchado desorden en mi hogar. Yo sola me estaba condenando, justo ahora mis lágrimas no paraban de brotar, mis manos tenían el rastro ya seco de la sangre de Dave, la sangre que había salpicado en mi rostro seguía intacta. Al llegar al reino, en donde me iban a juzgar, estaba en total silencio, menos por los sollozos de ¿mi hermana?, no lograba entender que hacía ella aquí.

—¿Qué hacemos con ella alteza?—Preguntó el primer hombre que me sometía.

—Mató a su madre y padrastro—Dijo el segundo hombre.

Los sollozos de Kate se hicieron más fuertes.

—¡Eso no es verdad!—Grité, el primer hombre me golpeo detrás de las rodillas haciéndome caer, me jaló del cabello haciendo mirar al rey Regis. Me di cuenta que mi hermana abrazaba a el príncipe Noctis.

Me acababan de quitar mi inocencia y nadie lo entendía.