Descripción

34 1 0
                                    

Josh se encuentra perdidamente enamorado de la encantadora Maia, mejor amiga de su hermana Denisse, quien la forma en que la conoció no fue la más adecuada que digamos...

Maia, secretamente, tiene una relación con Ray Parker, mejor amigo de Josh, y el amor platónico de Denisse.

Había planeado invitarla esa noche a su cumpleaños para confesarle su amor. Pero todo se fue en picada cuando descubrió a ambos besándose.

Desilusionado. No podía asimilar lo que acababa de ver.

Con la traición a flote, el corazón roto y el plan arruinado. Se alejó de ellos y con su patineta se fue sin un rumbo fijo.

Entre sollozos, tuvo el descuido de desviarse de ruta y accidentalmente se fue en el sentido contrario. Logrando así, que terminara impactándose con un auto que apareció a toda velocidad.

Estaba malherido y se sangraba por todas partes.

Se sentía el chico con más mala suerte en el mundo: su mejor amigo lo atrasó, lo atropellaron, el conductor se había fugado, no había nadie en quien lo auxilié y ese día era su cumpleaños.

De pronto escuchó unos maullidos de un gato callejero, que al parecer, quería llamar su atención. Y sin darse cuenta, notó que el gato ya se encontraba a un lado de el.

Cada vez se sentía más vulnerable.

Y al observar al gato con atención, le parecía saber de quién era ese gato, aunque no estaba seguro.

De a pocos su vista se iba perdiendo en esos gigantes y misteriosos ojos avellana de aquel gato. Hasta que su corazón dejó de latir y sus ojos se cerraron.

Creyó que era el final.

Pero de pronto su corazón volvió a latir y empezó a recuperarse increíblemente. Cómo si nunca hubiera pasado.

¿Era sólo un sueño? -Pensó.

Pero cuando abrió sus ojos, no era un sueño, era una realidad. Pues se encontraba en la misma calle y en el mismo lugar donde "falleció". Lo único raro es que todo se encontraba gigante: las calles, las casas y su patineta echa añicos también.

Aterrado, huyó de ahí.

Pero de pronto, alguien apareció, y en un abrir y cerrar de ojos, ya se encontraba levantado por esa persona. Cuando observaba detenidamente a quién lo acababa de atrapar, tal fue su sorpresa. Que le dejó sin aliento. Y lo que esa persona le dijo, terminó por confundirlo aún más: "¿Qué haces aquí, Señor Bigotes?"

Inéxplicablemente, Josh se había convertido en la mascota de Maia.

Señor Bigotes: Un chico sin suerteWhere stories live. Discover now