A veces se preguntaba cuantas veces terminaría mudándose, su madre le decía que era la última vez pero siempre se volvía a ir, entonces ya no era necesario hacerse amigos, de su ciudad natal le había quedado dos amigos y con ellos era feliz. Estaba harta de mudarse.
Cuando llego a su nuevo hogar, rezo para que fuese la última vez que se mudasen de un lugar, aparcaron el auto en el garaje con la intención de comenzar a bajar valijas y objetos valiosos.
Comenzó a mirar todo a su alrededor, pero se fijo en la cortina entre abierta de sus vecinos, el que fuese dueño de aquella casa amarillo bebé era muy rápida porque cerro la cortina en cuestión de segundos, ni si quiera la dejo mirar su interior.
Y así, comenzó todo.
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♀La casa de al lado♀
Short StorySusan Taylor tenía 17 años cuando se mudo y 19 años cuando se fugo.