♀La casa de al lado♀

Bunny, el conejo escurridizo.

Susan miraba atenta por su ventana, hacía una semana -o más, ya ni lo recuerda- que llego a su nuevo hogar, veía como las hojas en aquel invierno se movían al compás del viento y lo más hermoso de todo este ambiente era escuchar cool kids al máximo en sus queridos auriculares. Era sábado y tan solo lo recuerda por que vio salir a su madre para el trabajo, dejándola completamente sola en la casa, aun que no recuerda como haber pasado de su habitación a estar en el patio con solo una campera abrigada y guantes. Ya no recuerda como paso, pero el sentimiento de tristeza al pensar en sus amigos la asfixia y la obliga a mandarles audios por medio de whatsapp. Tampoco sabe como termino un conejo blanco en su jardín, ni por que su dueña de casi 20 años la mira por la cerca de madera que divide sus patios.

  — ¿Es tuyo? — Susan toma al conejo como si fuese suyo y el pequeño se deja, la otra mujer intenta hablar pero parece que se habrá olvidado como hablar y llega solamente a asentir ante la interrogación de la menor — Bunny suele ser escurridizo, siento si te causo problemas — la castaña por fin puede hablar sin trabarse y Susan le regala una sonrisa, es la primera vez en casi una semana que alguien le puede hablar sin mirarla de costado

  — Soy Susan

— Alex, un gusto — la castaña intenta no sonreirle y con conejo en mano, corre hacía su cálido hogar

Susan piensa que ya es momento de entrar, una vez en la comodidad de la calefacción, piensa que esa tal Alex puede llegar a ser bastante divertida.

Pero la verdad, es otra.