Otra vez estoy dibujando en clase de Sociales, no muy raro en mi día a día. No tengo ni idea de lo que estoy dibujando, últimamente no tengo mucha inspiración, así que directamente me dejo llevar.
Paro, y me quedo observando la hoja que hace nada, estaba en blanco. Unas líneas sin sentido decoran la hoja, unas sombras por aquí, círculos por allá... y poco a poco sé de que se trata el dibujo.
Sin darme cuenta, estaba dibujando sus ojos. Esos ojos azules tan bonitos, que me tienen siempre intrigada, y que esconden tantas cosas.
Justo, suena el timbre de que ha terminado la clase. Recojo mis cosas y me dirijo hacia la puerta para esperar a mi mejor amigo, que está en la clase de al lado. Me pongo mis cascos, y espero a que salga.
-¡RUBIAAA!- escucho por encima de una de mis canciones favoritas, Not Today de TØP (Twenty One Pilots).
Me quito los cascos, y observo que de lejos viene mi mejor amigo. Aunque esté un poco lejos, sus rizos le delatan.
-¡Moosie!- Y voy corriendo para darle un abrazo.
En realidad no se llama así, se llama Alexandro, pero a él le gusta que le llamen Moose (no sé por qué), pero yo le llamo Mossie.
Cuando le abrazo, él me da un beso en la cabeza y me separo.
-¿Nos vamos?- me pregunta.
Y yo, simplemente asiento.
Moose y yo, nos conocemos desde pequeños, su padre y el mío, llevan trabajando juntos desde hace varios años. Trabajan investigando objetos antiguos, y viajando por el mundo en busca de ellos. En resumen, pocas veces les vemos. Mi padre a veces, me manda cartas desde diferentes países, con un objeto peculiar, o típico de allí.
Salimos del instituto, y los dirigimos hacia el metro, que menos mal esta un poco cerca. Ambos vivimos en Callao, también somos vecinos, yo vivo en el segundo y él en el tercero. Vivimos al lado de Gran Vía, también al lado de un Fnac, (que eso siempre viene bien) y justo encima de un Rodilla.
Entramos en la boca de metro.
-¿Y qué tal el día?- me pregunta.
-Aburrido, como siempre, ¿Y tú?-
-¿Sabes lo qué pasa? El problema es que tú eres una aburrida, y eso hace, que tus días también sean aburridos- dice.
-No me has contestado- insisto.
Pasamos nuestros bonos por la máquina, para poder pasar.
-Creo que soy tu única felicidad en la vida, sin mí... serías más amargada aún- dice, con una sonrisa pícara en la cara.
-¿Y se supone que te tengo que dar las gracias?- digo con una carcajada.
-Por supuesto, y si me das un beso en la mano mejor- y la pone en posición para que se la bese. Pero paso de él, y sigo andando.
-Idiota...- murmuro.
Me siento en uno de los bancos, y espero a que llegue el tren. El imbécil de mi mejor amigo, se sienta a mi lado, y empieza a tatarear una canción, que al final termina cantándola.
-I won't dance, don't ask me. I won't dance, don't ask me. I won't dance, madame, with you. My heart won't let me do things they should do. You know what? You're lovely...-
Le miro con cara de Cállate por favor, pero no lo hace.
-You know what, you're lovely. You know what, you're so lovely. And, oh what you do to me. I'm like an ocean wave that's bumped on the shore; I feel so absolutely stumped on the floor...-
Me doy cuenta de que canción es. Y la continúo cantando en mi mente. Es una canción que siempre cantábamos de pequeños, la vimos en una película que nos gustó mucho.
A lo lejos se escucha que está llegando el tren, cada vez se escucha más fuerte y Moose deja de cantar. El tren para, y entramos corriendo para buscar un sitio. Dentro del vagón, hay un señor tocando el acordeón, cuando nos sentamos el señor para de tocar, para cambiar de canción. Moose, comienza a cantar otra vez, y la gente nos empieza a mirar extraño.
-Moose, para por favor...- digo con un poco de vergüenza.
Se levanta, y sigue cantando más fuerte aún, incluso el hombre del acordeón intenta seguirle el ritmo, para que siga cantando.
-But this feeling isn't purely mental, For heaven rest us, I'm not asbestos. And that's why I won't dance, why should I? I won't dance, how could I? I won't dance. Merci beaucoup. I know that music leads the way to romance, So if I hold you in my arms, I won't dance...-
Entre movimiento y movimiento del vagón, Moose intenta bailar, incluso la gente empieza a aplaudir. Sigue bailando y moviéndose, le quita el sombrero a un señor, y se lo pone, casi no le entra por la multitud de rizos que tiene en la cabeza, pero se lo pone. El señor que estaba tranquilo leyendo, se asusta por el movimiento.
Al final, consigue que me ría, es que este chico es demasiado tonto.
-I won't dance, don't ask me. I won't dance, don't ask me. I won't dance, madame, with you. My heart won't let me do things they should do. You know what? You're lovely.- canto con él, el estribillo.
Y me mira ilusionado, me invita a bailar con él, pero me niego, mi miedo escénico me puede.
Sigue bailando, hasta que termina la canción. Todo el mundo aplaude. Moose se dirige al señor del sombrero, y se lo devuelve con una reverencia.
-Estación Plaza de Callao- se escucha por los altavoces.
La gente se empieza a mover, saliendo y entrando de los vagones. Nosotros conseguimos salir entre toda la gente, subimos por las escaleras mecánicas, y miro la hora en el móvil, son las 14:45, tengo bastante hambre ya.
-Estás muy mal de la cabeza eh Moose, tienes que ir a tratarlo- le digo en broma.
-No es ninguna novedad, pero a merecido la pena-
-¿Por qué?- pregunto con curiosidad.
-Porque te he hecho sonreír, y eso vale millones-