Salimos de la boca del metro, andamos un poco y nos encontramos con nuestro edificio. Con nuestro bonito y precioso edificio.
-No me apetece subir a casa, ¿y si vamos a comer por ahí?- pregunto.
-Venga vale, pero invitas tú, que yo no llevo dinero- metiéndose las manos en los bolsillos, y afirmando que no tenía dinero.
-Que caballero-
Empezamos a andar sin rumbo, hasta decidir ir al Telepizza. Hace mucho que no voy, así que me apetece mucho ir.
-¿Y de qué quieres la pizza?- pregunta, mientras que me sujeta la puerta para que pase al restaurante.
-La de cuatro quesos- contesto, ya que es mi favorita.
Él simplemente asiente, le doy el dinero y se va hacia la cola, para pedir. Yo busco una mesa, ya que para ser jueves, un día lectivo, hay bastante gente. Pero consigo una mesa.
Espero, y a los veinte minutos llega con una pizza en las manos, la pone encima de la mesa, se sienta, y se me queda mirando.
-La próxima vez invitas tú, guapo- le digo con un tono burlón.
-Gracias por el alago- se ríe -Pero vamos a comer, que tengo mucha hambre-
Sin hablar más, empezamos a comer. De vez en cuando comentamos algo, pero el hambre nos puede. Cuando terminamos, nos preparamos para salir.
El aire fresco me da en el rostro, e inspiro. Me gusta mucho el invierno. Huele... diferente. Empezamos a andar hacia nuestra casa. Hay mucha más gente que antes. Me acuerdo de una vez , que también estaba en esta calle con Moose, y también con su antigua novia. En ese momento yo iba de sujeta velas. Me tropecé, con mi propio pie (muy típico en mí, la verdad) y justo caí en un charco, me llené de barro. Moose y la chica se empezaron a reír de mí, yo no le veía ninguna gracia. Menos mal que Moose no sale con esa chica ya, me caía bastante mal. Era repelente.
Sin darme cuenta, estoy tirada en el suelo, ¿Cómo he llegado hasta aquí? ¿A caso tiene tanto poder mi mente? Dios, soy estúpida. creo que me he chocado con alguien, y por eso me he caído. Eso me pasa por meterme en mi mundo.
-¿Estás bien Rebeca?- Escucho decir a Moose, por encima del murmuro de toda la gente de la calle.
Miro hacia atrás y veo a la persona con la que me he chocado, es él. El protagonista de mis dibujos, el que me inspira, a el que amo en secreto desde hace mucho. Pero poco a poco va desapareciendo su melena morena entre la multitud.
Era él...
-¿Rebeca?- insiste, y me despierta de mis pensamientos, otra vez.
-Sisi, lo siento- contesto, y él me ayuda a levantarme.
Miro otra vez hacia atrás, pero ya se ha desvanecido, mi mirada le busca pero no le encuentra.
-¿Quién era?- pregunta Moose con curiosidad. -Espera ya sé, ya sé- y me mira con una cara un tanto extraña.
-¿A sí?¿Quién, a ver listo?- pregunto.
-Pues... El chico de tus sueños, con el que sueñas todas las noches, el que le comes con la mirada, por el que lloras algunas veces...- dice poniendo una voz "cursi" e idiota.
-Imbécil- suelto.
-Pero tengo razón... ¿o me equivoco?- dice picándome.
-Cállate- contesto y le pego, pero no hace mucho efecto, ya que no tengo mucha fuerza.
No volvemos a hablar del tema, y volvemos a casa. Me despido de Moose, y entro a casa. No se escucha nada, así que parece que no hay nadie. Me dirijo a mi habitación, y escucho un ruido. Me quedo paralizada, ¿Quién o qué mierda a sido eso? Pregunto, que quién anda ahí, y sale la persona que menos quería ver en este momento.
-Hola- dijo mi queridísima hermanastra.
Paso de ella y sigo con lo mío, al rato se cansa y se va a su habitación. No es que me caiga mal por el hecho de que su padre esté saliendo con mi madre, si no, que me cae mal porque es una de las ex que ha tenido MI CHICO, a ver, no es literalmente mi chico, pero en mi cabeza si. Noa sabía perfectamente que me gustaba, y encima me restriega lo que hacian cuando eran "pareja". Un día me harté y la mandé a la mierda. Desde aquel momento no me ha vuelto a decir nada de ese tema, me siento orgullosa de aquello.
Todavía queda mucha tarde, así que decido repasar lo que he hecho en clase y hacer los deberes.
Mirando entre el archivador, me topo con el dibujo de esta mañana, lo observo durante bastante rato. Cojo las pinturas y empiezo a darle sombras y a colorearlo. Poco a poco va pareciendo aún más real.
Miro el reloj, y ha pasado mucho tiempo, tanto que ya es incluso de noche y encima ha empezado a llover.
Voy al salón decidida para ver la tele con Pat, mi manta favorita, es súper suave. ¿Yo?¿Infantil? Para nada...
Noa y yo seguimos solas en casa, no sé lo que está haciendo, y ni me importa. Bueno un poco si, la curiosidad me invade por el cuerpo.
De camino a su habitación silenciosamente, noto como me envían un mensaje:
*Mensaje de papá*
Cariño, Montse y yo no iremos a dormir hoy, vamos a quedarnos en casa de Luis, que se siente solo, cuida de tu hermana, bss.
Ya no saben que escusa poner, es la tercera vez que nos dejan solas en 15 días, y que manía tiene con decir que es mi hermana, es mi HERMANASTRA, y ya esta.
Me paro en su puerta, se escuchan sollozos. Llamo y no me contesta. Así que paso directamente. Tiene todo el maquillaje corrido de llorar, e incluso esta temblando, la cuesta respirar. Cuando se da cuenta de que he entrado, se tapa su rostro avergonzada.