Un color de rosa oscuro

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Faltaba una semana para que empezase el instituto pero estaba ansiosa porque hoy era mi cumpleaños, sí, 28 de agosto. Me desperté con un desayuno en la cama de mi madre, que son los mejores desayunos que hay y luego me llevó de compras.
Volvimos sobre las 14:15 p.m. hora justa para comer, me preparó un almuerzo super completo, como a mí me gusta. Pero esa no era la única sorpresa de mi madre, ahí estaba ella, guapísima, como está siempre, se acercó hacia mí y me dió una rosa preciosa con una tarjeta que ponía:
"Feliz cumpleaños amor. Te amo"

Me quedé embobadísima, ya que me encanta que me hagan regalos así. Mi madre me sonrió y nos dijo que ya íbamos a comer.
Curioso era que solo hubiese dos sillas. Le pregunté a mi madre:
- Mami por qué solo hay dos sillas?
Y mi madre contestó:
- Porque yo no voy a comer aquí cariño, he quedado con unas amigas para que estéis las dos solitas.

Me quedé loquísima al escuchar eso, estaba feliz por una parte pero por otra sentía que en mi cumpleaños hoy lo único que no iba a haber es conversación....
Mi madre se fue y nos dejó solas comiendo macarrones a la carbonara y con un plato d queso y otro de jamón. Sentí que estaba en un restaurante porque había dos velitas que nos puso mi madre antes de irse.
Estaba todo apagado, solo nos veíamos las caras, empezamos a charlar, aunque yo estaba muy tímida esa tarde porque claro, era la primera vez que tenía un almuerzo tan romántico con alguien.

Terminamos de almorzar y nos pusimos a ver una peli. Me puse ropa nueva que mi madre y yo fuimos a comprar por la mañana, era una camisa de color burdeos de encaje por encima del pecho y de los hombros y unos pantalones negros cortos.

Ella no estaba atenta a la película, solo a mí, no paraba de mirarme. Me empezó a dar besos por el cuello para seducirme otra vez, es uno de los encantos que más me cuesta rechazar.
Sabía que ella quería que tuviese un día verdaderamente especial, y lo consiguió.

Fue una tarde llena de caricias y sentimientos mutuos, hicimos cosas alucinantes que nadie sabía que existían. Una de las tardes más eróticas que no olvidaré.

Un amor lésbicoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora