Demonios Entre Enredaderas De Pasión

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Tus ojos brillaban aquel dia
Cual estrella en la oscuridad de la noche,
recordé ese tiempo que pasé contigo
Que vivi y senti

Y recordé aquella promesa que no lograste cumplir,
Me dejaste.
¿A dónde fuiste?, dijiste que jamás me dejarías sola
Mi corazón apenas latía,
Como un fantasma perseguiste mi alma esos días que no estabas.

Mis llamaradas internas se volvieron simples fogones agonizantes,
el día era un verdugo que con su guadaña de porcelana nos condenaba,
la noche y su enredadera de pasión fluía dentro de nuestras venas.

El destino de un guerrero, el destino de una guerrera,
quienes sus vidas por separado tuvieron, pero el destino los reunió y ahora juntos deberán estar,
hay veces que no logran soportar la presión y se alejan,
pero sus corazones latentes son resistentes y soportan esta lejanía para volver a verse a la novena luna llena.

Pero aquel dolor era invencible, cada mirada, cada latido, cada sentimiento
Lo castigaría sin dudarlo pues lo nuestro estaba perdido en la noche antes de la séptima luna,
Ya no había salida, te dejé huir en la penumbra de aquel día, pues estaba todo tan perdido que me temía llegara al olvido.

El olvido para el caballero no es una opción, sus recuerdos están llenos de sus sonrisas, de sus caricias, de sus latidos y respiraciones a la par de las fogatas de invierno que los acercaba,
hasta en esos momentos, donde el código de honor convivía,
donde ambos dejaron fluir sus sentimientos y se besaron de corazón sin pensar en sus consecuencias.

Pero a cualquiera el invierno llega, la guerrera temerosa de congelar a su principe y caballero decidió dejar atrás los sentimientos y congelar los fragmentos de su corazón destrozado,
la doncella miedosa y valiente se alejo del fuego por miedo a derretirse.

La espada de hielo forjada en fuego pronto se esparció en dulces gotas candentes, en miedos y amores, en destrozos y corazones.

Un invierno otoñal, con un sin fin de sentimientos perdidos en un alma desterrada y marchita.
De una mirada gélida, fría.
De un corazón abandonado en la nada,
cubierto de besos y caricias,
sin pensar en lo que pasaría,
si el hielo al fuego tocaba,
o si el sonido derritiese montañas,
esta explosión de realidades pronto se haría presente,
la fantasía poco perdura,
pero asi fue, los días y su infernal taciturno,
las noches y los llantos de los lobos hambrientos.

La explosión de la guerra,
Noxus y Demacia enfrentados eternamente,
las tierras de Runaterra se estremecen, dejando así el despertar de las tinieblas, de la islas de las sombras.

Ya no existen las fronteras,
ya no existen las distancias,
somos Ángeles que protegen los cielos de este cálido sentimiento.

Somos la lejanía de las caricias,
el olvido del corazón,
el dulce aliento que llega al cuello,
el beso frío del olvido y el amor.

Somos nada y todo,
somos corazones, almas y amores,
la oscuridad, el hielo y el fuego,
somos olvido, tristeza, somos guerreros.
Somos la luna en el cielo y el cuchillo en el pecho.
Somos muerte, somos vida.

Somos y seremos por siempre ángeles caídos, protegiendo los cálidos sentimientos

Somos y seremos hasta el final de los tiempos demonios aislando el amor del infierno.

Esto ha sido una hermosa colaboración literaria con Emilianosz quién a llegado a quedarse como un demonio apasionado, gracias Emil por este gran trabajo, y por tomarte el tiempo de escribir conmigo, en las buenas y en las malas y sobre todo por estar ahí siempre que te necesito.
¡Te quiero, muchas gracias mi amigo!

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