Capítulo 7

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-Señorita... señorita, -escuché una voz que me despertaba de mi sueño, y sacudía mi cuerpo.

-¿Qué... qué pasa? -dije irritada. 

Entonces salté de la silla, haciendo que una cosa que estaba en sima mio se cayera al suelo.

Una campera. 

-Disculpe señorita, -una enfermera muy joven me hizo volver en si. -se quedó dormida, y ahora necesitaría que me de lugar para limpiar, por favor, -dijo sonriendo con una mirada compasiva.

-Si, si, discúlpeme. -dije mientras tomaba la campera del suelo. Hacía frío, así que opté por ponerme la campera de baya a saber quien. Su olor varonil destapó mis narices. Suspiré.

Antes de salir, miré a mi padre, y le dí un beso en su frente. 

Ya en el pasillo, vi que hoy estaba más calmado. Revisé mi celular y eran las 7 a.m, ¡De vacaciones y sigo levantándome temprano! En fin, guarde el teléfono en mi bolsillo trasero y me dirigí hacia la salida del hospital.

Estaba por tomar un taxi cuando una voz conocida, llamó por mi.

-¡Cami! -dijo Jimin mientras movía su mano en señal de saludo, haciendo esto se dirigía a paso ligero hacia mi.

-Hola Jimin, ¿Tan temprano arriba? -dije mientras lo saludaba con un beso.

-Hola, -sonrió mientras devolvía el saludo. -Si, estem, ¿viniste a ver a tu padre?
-Sisi, pasé la noche aquí literalmente, -dije mientras me reía.
-Hoy pase también a la mañana, y estabas durmiendo. No te desperté, pues dormías muy placidamente. -dijo rascando su cabeza. -pero en fin... ¿desayunaste?

Me quedé perpleja... entonces... ¡Me vió dormida! ¡Yo ronco! ¡Por dios, que verguenza! Sentí como mis cachetes se incendiaban...
-Si, s, no, ¡que se yo! -dije apartando la vista nerviosa.

Él soltó una carcajada. -¿Quieres acompañarme a desayunar? -dijo entre risas.
-Ya, ya... vamos. -dije mientras caminaba a paso acelerado. Equivocación. El café quedaba para el otro lado.
-Cami... -dijo él, aumentando la risa. Que molesto. -es por al... -pero no lo dejé terminar. Ya irritada le grité.
-¡Ya sé! -mientras movía los brazos.
Solo conseguí que él vuelva a estallar en risas.
Tch.
Llegamos a un café bar, y nos sentamos en una mesa cercana a la ventana.
La camarera muy jovencita, llegó a nuestra mesa. Pude mirar de reojo como Jimin bajaba su cabeza y se tapaba aún más su cara con la bufanda.
Así que tomé la carta para elejir que desayunar y rápidamente le pedí un cappuchino, y para Jimin un café descremado junto con unas media lunas.
La muchacha asintió y repasó su mirada en Jimin antes de irse. Que densa. Lo relojeó todo el momento.
-Gracias Cami. Te devo una, -dijo mientras miraba como se alejaba la piba de nuestra mesa. -¿Y cómo amaneciste?
-Bien supongo. Es horrible que te despierten a los gritos. -dije mientras recordaba a la enfermera. *Maldita*. -¿y tú?
El sonrió.
-Pués no eh dormido desde ayer a la tarde. -dijo mientras cruzaba sus brazos por detrás de su cabeza. -ensayamos bastante. Asi que... fuí a vicitar al jefe de pasada. Y bien supongo, -suspiró.
Pobre.
Está muy cansado. *Mirá sus ojeras*.
-¿Mucho ensayaron? -dije mientras me apartaba. La camarera venía.
Jimin hizo lo mismo de antes. Y la camarera insistente con su mirada en él.
La miré mal y creo que eso bastó, pues ella hizo una reverencia rápido y se fué.
Una sonrisa de victoria escapó de mis labios.
Jimin me miró sin entender. Y retomó el tema.
-Sip, a veces empezamos a la noche y terminamos al amanecer. Es agotador. Pero sin esfuerzo... -dijo mientras hacía una mueca y levantaba sus brazos en señal de rendición. -no hay resultados buenos.
-Es verdad. -dije mientras recordaba como me había hido en matemáticas. -pues, ¿¡Qué haces entonces aquí y no estás descanzando!? -le reproché.
-Jajaja, ¡es que no puedo! -dijo mientras lloraba falsamente.
-¿Por qué? -suspiré. Que pibe tonto, tranquilamente podría estar tranquilo descansando.
-El estudio es muy ruidoso. -dijo mientras sorbía su café. -y a parte, es incómodo. -ahora mordía una medialuna.
-Uh. Que cagada. -Pensé. -¿Y no tenés una casa para vos? -dije sorbiendo toda mi bebida.
-Sip. Pero no es muy cerca. Llegaría y me tendría que volver. No tengo tiempo.
Entonces actué sin pensar.
-Ya vengo. -me levanté y pagé la cuenta.
Volví a la mesa y le dije a Jimin.
-Vamos. -él me miró confundido. -¿a donde?.
Le agarré del brazo y empezé a jalarlo.
-Dale, ¡vamos! ¡Kamak baibi! -dije en un intento de inglés.
El se rió mientras le dió un último sorbo a su café. Con su factura en la mano, se levantó mientras me seguía.
Tomamos un taxi. Le dí al señor la dirección de mi casa.
Llegamos y él me seguía preguntando que planeaba. Yo solo lo ignoraba.
Subímos a mi cuarto.
Pero cuando yo entré el quedó en el marco de la puerta.
-¿Qué? Ash. Pasá nene. -le dije jalandoló a dentro. Cerré mi puerta y él me miró con una cara de horror.
-¡¿Me piensas violar?! -exclamó mientras se tapaba con sus manos. Pero se detuvo y levantó la vista cambiando de expresión. Ahora me miraba con una cara de pervertido.
Traté de agarrar lo que tenía a mano. Y con un almoadón le sacudí dandole en su cabeza. ¡Bién! Eso le pasa por mal pensado.
-Solo acuéstate. Yo dormiré en la habitación de mi madre. -caminé hasta mi mesa de luz y anoté mi número ante su atenta mirada. -Cuando te despiertes, mandame un mensaje.
Y salí rápido antes de que se arrepintiera.
Golpié la puerta de mi madre. No hubo respuesta. Así que abrí despacio la misma, pero cuando entré no había nadie. Genial. Corrí hacia la cama y me metí enseguida. Acurrucada en las sábanas miré la hora. Las 8.44. Mi abuela debe estar despierta ya.
No dudé en llamarla.
Mi abuela contestó al 3 tono.
-¡Hija mía! ¿Cómo estas? Te tardaste en llamarme. Ya te olvidas de mi... -empezó a reclamarme.
Hablamos por un tiempito. Hasta que colgé. Pinche crédito.
Ella me dijo que estaba comprando estántes para el nuevo vivero.
Que vieja loca. Pensé.
Me volví a acurrucar aún más. Pero el sueño nunca llegó.
Saliendo de las sábanas, me estiré y fuí hasta la cocina. Pero primero pasé por mi pieza. Azomé mi cabeza y me encontré con un Jimin dormido despatarrado plácidamente. Entré para taparlo. Que tierno.
Batí mi cabeza alejando esos pensamientos de mi.
Salí con mis mejillas echas un incendio.
-Que boba. -Suspiré.
Min me dijo que saldría a comprar. Así que fuimos juntas a la verdulería.
Compramos varias cosas y volvímos.
La ayudé a cocinar. Recordaba cuando era pequeña. Ella me dejaba lavar los vegetales. Pero ahora podía ayudarla a cocinar.
Después de terminar, arreglamos la mesa. Mamá hoy no vendría. Ella y su trabajo...
Terminé comiendo a las 13.00hs. Sola. Suspiré.
Ni la tele sacaba el aburrimiento y la pesadés del hambiente.
Entonces mi celular sonó. Lo tomé y era un número en privado.
-¿Hola? -dije.
-Hola, escuchame. Robé su gato y me tiene que pagar $2000 si lo quiere de nuevo. Es ahora o nunca. -respondió de prisa una voz algo rara. Se reía. Que ladrón más idiota.
-Ni tengo gato. -entonces el timbre sonó. -y si me disculpa, tengo cosas que hacer. -corté. Que carajos.
Min vino por mí diciendo que me buscaban. Pero cuando le pregunté quién era, ella se dió vuelta mientras negaba con su cabeza y con su mano.
Ash.
Abrí la puerta y me encontré con Hobi.
-¡Hey! -dije abrazándolo.
-¡Camiiiiiiiiiii! -dijo alargando la 'I' mientras me devolvía el abrazo. Me estrujó demaciado.
Cuando me alejé de él, me moví dejándolo pasar.
-Pasá por favor... -le dije pero mis ojos se abrieron de golpe al ver que detrás de él había un pequeño gatito color negro de ojos verdes. Tenía un collar con un moño rojo muy grande -¡ay, pero que cosita más linda! -le grité mientras se lo arrevataba de sus manos suavemente.
-¿Te gusta? -dijo el sonriendo.
-Sisi, -le contesté. -hola señor o señorita ¿cómo le va? Yo soy Cami y usted es una cosita muy bonita. -le hablaba al gatito mientras entrábamos a la casa.
-No tiene dueño y pensé en dartelo a vos, para que no te aburras... -mis ojos se abrieron demaciado; dejé al gatito en el sillón y corrí hacia Hope. Lo abrazé mucho mucho. -¡Gracias, gracias! Lo voy a cuidar, te lo prometo. -el sonreía mientras me sobaba la espalda.
Volví con mi gatito.
Hobi se sentó al lado mío.
-¿Cómo le vamos a poner a esta cosita? -me pregunté.
-Es nene, -dijo él. -así que, tiene que ser nombre de niño. Mmm...
-empezó a pensar.
-hobi, hopi, hopito... -murmuré.
-Ash. ¡Ese es mi nombre! -chilló JH.
-Tu eres su padre. Así que puede usar tu nombre.
Él abrió sus ojos. Y su boca. Y quedó mudo.
Entonces se oyó un bostezo junto a unos pasos acercarse.
Jimin pensé.
En ese momentó apareció Jimin en la puerta. Estaba todo despeinado y abrió sus ojos al ver a Hope.
Hope, exageró su expreción aún más.
Y me miró con sus ojos exprecivos. Abiertos como platos.

Bts- La hija del JefeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora