Destellos de poesía

Un Día Cualquiera

Todos los días son iguales, ir a tu labor y pasar horas valiosas que no recuperarás. Mirar a las mismas personas que por alguna razón sienten gran aprecio por ti...  ¿Que he hecho yo para merecer su cariño? ¿O a caso es un engaño?
De ser así, ¿que ganarían con ello?
No interesa, no es mi problema...  Es el suyo.
Yo solo hago lo que se necesita par vivir y ya.
No he buscado la aprobación de la sociedad y mucho menos la de una mujer... 

Tal vez en una ocasión, pero tal vez no quiero recordar ese martirio.
¿Porque querria hacerlo?
Solo me recuerdo a mi inventando situaciones que me acercaran a ella, haciendo garabatos y decorando notitas como infante en guardería.
¿Y para que? Para que al final me hicieran a un lado y me dijeran << eres un lindo, te quiero mucho >>
Y fueran a donde el idiota que tenían por novio...
Lo digo en plural porque no soy el único que ah padecido este mal... ¿¡O bien!?
Que más da. Hay que dejar la melancolía y seguir...
Por una extraña razón mi forma de actuar tan arrogante, burlona y egocentrista me acerco más a mi compañeros de trabajo.
¿Será que soy como un reflejo de lo que querrían ser y por eso les agrado? Todos tienen un lado oscuro, más aún la gente buena...
Ellos son gente buena, yo no lo soy... 
Vendería sus secretos por una buena suma...  Secretos que me han confiado en su afán por desahogar esa soledad que los atormenta.

También estoy solo, pero mis retorcidos pensamientos e ideas se cuentan solo en mi cabeza, de hecho interactuan y hacen fogatas para reírse de mi y mi vida... 
Ojalá yo fuera un pensamiento en la cabeza de alguien...  Para romper sus principios, disminuir su voluntad e impulsar a los hechos. Y luego excusarme en mi naturaleza de ser solo un inocente pensamiento, algo así como los niños pequeños...  Esos seres diabólicos y sus impulsos de querer romperlo todo, esos traviesos eh inocentes hijos de...  Sus padres.

Siempre me ha gustado ser Cortés con las personas ¿irónico? Bueno tal vez pero la demás gente no merece saber que los detesto...  Ya suficiente tienen con sus vidas.
¿Hipocresía? Si tal vez, pero es mejor que las personas confíen en ti...  Así evitas enemigos y puedes caminar tranquilo por sus vecindarios.

Definir el aprecio con el gusto es muy fácil, las personas que te aprecian te ayudan y se muestran amables.
Las personas a las que les gustas simplemente tratan de llamar tu atención como sea.
Es como si el hecho de estar en tu línea visual fuera vital para su existencia...
¿Y como se esto?
Bueno rondaban las 8am cuando esperaba para entrar a la fabrica donde seguramente moriría ya sea de estrés, irá, agotamiento ó de viejo.
A veces fantaseaba con caer de una escalera, romperme el brazo, denunciar mi incapacidad, vivir del estado y joder a mis patrones en mil líos con respecto a la seguridad laboral...

Era inevitable sonreír al imaginar a ese cretino tratando de explicar porque se me obligaba a subir a dichas alturas sin protección y arriesgando mi vida.

Paseaba en mi letargo cuando una de mis compañeras me saludo...  De hecho creo que ya lo había hecho en dos ocasiones antes pero no me percaté hasta que estuvo en frente mio y su silueta me interrumpió de mi sueño vengativo.

-Hola Ferni
-Hola Lola-. Siempre caía en cuenta cuando ya lo decía, yo solo quería decir hola ó Lola..   Pero esas dos palabras de retahíla se me cruzaban cada vez, cada día, en cada mañana...

-se te oye tan lindo cuando lo dices así
- no lo hago porque quiera
- si, ya me has dicho que es por la reacción instantánea que tiene el cerebro, tu me enseñas y yo aprendo toditoo
-si, eso me temo- .Dije entre dientes mientras me sentaba en el borde que sobresalía de una pared justo al lado de la puerta principal.

No recuerdo haber escuchado que Lola me dijera algo más, tal vez si lo hizo.
Mi vida siempre había sido un tal vez. Pero ya saben lo que dicen de lo bueno.

Después de un buen tiempo entramos a la fabrica, adelante iba con paso arrogante nuestro querido jefe, el mismo que casi nunca contestaba un saludo pero que se enojaba y se ponía rojo de irá diciendo que no había dormido con nosotros cuando no le dabas los buenos días.
Joaquín lo seguía, era nuestro supervisor y un hijo de fruta lambiscon, estaba siempre pegado al jefe y su caminado era un mal intento de parecer fino y elegante.
Atrás estaban los gemelos Rutia que se vestían igual y confundían a cualquiera que no los hubiera visto antes, eran unos bromistas de nacimiento. Seguro que su madre también había sido burlada en cientos de ocasiones.
Luego estaba Lola y su ropa ajustada que resaltaba sus tan notables curvas y su cabello risado al cual odiaba.
Maria estaba allí también, junto con Lola eran la información del establecimiento, no había nada de lo que no se enteraran. Menos de como manipular una simple computadora con cinco botones que movían las ensambladoras mecánicas.
Y allí estamos todos, cinco jóvenes trabajadores con sus futuras ambiciones reducidas a algún día ser supervisor o morir en el trabajo.

Pero lo que llamó mi atención fue que alguien más había invadido nuestro rutinario círculo de compañeros... 
Aun caminábamos por el pasillo de la entrada principal cuando lo note.  ¿Porque no la había visto antes? Seguro estuvo afuera todo el rato antes de entrar.
Era delgada, estatura mediana, piel blanca y luminosa, cabello liso algo rojizo y movimientos suaves... 
Caminaba casi a mi lado por mi derecha, iba a voltearme porque ya hacia mucho que la observaba cuando ella se giro y me miró...

Había visto yo a muchas mujeres, unas más hermosas que otras físicamente pero igual de toscas y pobres por dentro.

Pero ella, ella fue diferente.
Mire una ternura, tranquilidad, paz y mansedumbre en sus ojos cafés que por un momento que pareció muy largo me quede mirándo sus brillantes pupilas mientras me sonreía y por alguna extraña razón me sentí mal arreglado, erguido y vi la necesidad de sonreír y de emanar calidez en contestación a su gesto.

Ella lo noto y su sonrisa afloró más dejando ver una perfecta secuencia de blancos y bonitos dientes. Seguido de un movimiento de su mano para llevar su cabello tras de su oreja y que sus mejillas se tornarán en rojizas.

Senti pena y emoción mezclada con algo que no sabia que era.
Y en ese par de segundos solo podía pensar en como hablarle, en que sería lo primero que diría y como debía hacerlo, en esforzarme por que mis palabras no sonarán a lo mismo, en como hacerla sonreír de nuevo.

"Es acaso la casualidad más hermosa, es un escrito del destino, si es así me declaró creyente del mismo y he de mostrarme en deuda por redactar para mi tan misericordioso porvenir en el cual me halló ahora"