Parte 1 Condena

81 15 7
                                    

Todos en el pueblo temían, estaba iniciando el día, el sonido de balas saliendo de un arma e impactando con un cuerpo era lo que provocaba esto.
Las balas corrían a los civiles sin que se dieran cuenta, la muerte; instantánea, tal vez por que no querían ver sufrir a estas, o simplemente no darles oportunidad de hacer algo.
Empezaba a iniciar el ocaso, la luz resaltaba en cuerpos inundados de sangre, sin piedad, niños, ancianos y adultos tirados en el suelo.
No se podía sentir tristeza, el miedo supera este sentimiento.

La masacre había parado, las pocas personas que quedaban con vida empezaron a salir de sus escondrijos.
Entre ese número disminuido, se encuentra un solo niño, de doce años, si se podía decir inocente, pues ya besaba a varias chicas a su edad.
Llorando por la perdida de su familia, se encontraban muertos, salvo a su hermano mayor, que si no fuese por él, posiblemente se encontraría en esa pila de cuerpos.
No podía dormir, una parte por la pérdida de sus seres queridos y parte del frío azotador, pensó en quitarle la ropa a los fallecidos pero no se atrevió.

Cinco de la mañana. Apenas tomaba  sueño, empezó a temblar ligeramente el suelo, posiblemente  los enemigos llegaban a una segunda oleada.
Marco no despertó, nuevamente dependiendo de su hermano.
Falsa alarma, soldados aliados, estaban reclutando personas para unirse al pelotón. Días habían pasado desde que se enfrentaron directamente a el enemigo,  las pocas personas que salieron con vida en la fría batalla que parecía acabar con resultado en contra, no podían servir más en esta, se encontraban incapacitados.
Varias personas se acercaron a enlistarse, pues el líder de los que se hacen llamar "Esperanza ciega" una organización liderada por un país bajo que tomó confianza de consensos mundiales, traicionó y se apodero de estos. Pasó un año y tenía control total, salvo varias ciudades de Europa que oponían resistencia, pues contaban con mentes brillantes y soldados aguerridos a la lucha. Marco se encontraba en una de éstas, pero ya decayendo por la superioridad numérica. La esperanza nunca falta.

Se detuvieron frente a un joven de veinte años de edad, fornido, de buen parecer, capaz de seducir a cualquier anciana inundada de gatos.
Conocido por todo el pueblo, Ethaniel, hermano de Marco, el muchacho responsable querido por todos, y odiado ovbiamente por los envidiosos.

Le tenían un ojo puesto para incluirlo al batallón.
-Imposible, él es el que cultiva las cosechas y cuida la animalía!
-No hay otra opción. -Dijo el superior, sonando con voz preocupada.
Un padre de familia apuntó a Marco, atrayendo la mirada de los soldados.
Sin hacer respuesta el pequeño joven, no pensaba arriesgar su vida por el pueblo. A parte ¿Quién disfrutaría de tremendo semental como yo si no estoy aquí? -Pensó
El superior miró fijamente a Ethaniel, éste asintió, sabiendo que lo llevarían.

Bastó con un soldado grande y temeroso para llevarlo a el escondrijo que usaban como cuartel. Poco tiempo pasó para que dejara de berrinchar y aceptar lo que será su destino.
El campo de entrenamiento lo esperaba con ansias, y como mayormente las personas sienten, él tambíen temía a lo desconocido.

Trono CivilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora