Querida y joven yo.

II.

Querida y joven yo:

A veces también es correcto no sentir.

Y sé que ahora mismo todo parece irreal ¿Cómo es posible que después de tantos años, de tantos recuerdos, de tanta risa y llantos no puedas sentir nada más que rencor hacia ti misma por no encontrar en tus adentros algo más que indiferencia? Todo parece más pesado de lo normal ahora, como si los sucesos de los últimos meses se hubiesen solidificado en un muro que no te permite ir más allá emocionalmente. No te castigues por ello, pronto entenderás que las personas que no merecen un lugar en tu historia suelen irse así: sin alegría, pena, odio o rencor y que aquello no es más que una ventaja para poder seguir adelante.

Porque tienes que seguir adelante. Apunta a todo aquello que haga sentir viva y con miedo a morir. Cruza carretera confiando en tus propios pies, grita a las doce de la noche en medio del paso peatonal, ríe como si el mundo se fuese a acabar, baila como si fueses el rostro principal de un programa de televisión y besa cada boca que beses como si hubieses encontrado algo más que deseo y pasión. Háblale a tus amigos sólo para preguntarles como están, sonríele a la gente en la calle, levanta tu cabeza al caminar. Olvídate del miedo y las inseguridades que plantaron y regaron tanto tiempo sobre tu piel. Eres libre. Mierda, eres tan libre que está bien sentirse aterrada de vez en cuando y es tu deber contigo misma permitir que ese miedo te cuide pero no te impida decir lo que piensas porque alguien te hirió una vez diciendo lo que pensaba, te impida preguntar porque no te gustó una respuesta, ayudar porque cuando más lo necesitaste no tuviste a quién pedirle ayuda o amar porque algo no salió bien las últimas veces. Eres lo suficientemente libre como para definir la forma en la que vas a enfrentarte al mundo de aquí en adelante y lo suficientemente inteligente como para entender que esa forma debe ser un reflejo de lo que eres y no de lo que te hicieron. Tómalo como un regalo, y si no lo haces hoy, en unos años lo entenderás. Hoy puedes empezar de cero no sólo a través de nuevas actividades, personas o momentos, hoy puedes empezar de cero desde tus propios sentimientos. Considérate un nuevo libro en blanco y tu pasado un borrador. Esta es tu segunda oportunidad, escríbete sin inhibiciones. No más condescendencia forzada ni relaciones pauteadas. Escríbete pensando en que te leeré inmediato en el futuro. Escribe una historia que te emocione leer, con un protagonista que añorarías ser. Ecríbete con justicia.