El cementerio continuaba tan solitario como de costumbre en un día entre semana, Sam se encontraba frente a una de tantas tumbas con un ramo de orquídeas.
-¿Recuerdas esa vez en la que te regale estas mismas flores?
Sus lágrimas escurrían por todo el plástico que envolvía aquel ramo.
-Fue el día más feliz de mi vida...Fue el día en el que empezamos a salir.
Su voz empezaba a entrecortarse.
-Exactamente hace 10 años....¿Ya pasó un buen tiempo verdad?- Una pequeña risa sale de sus labios.
Mis manos estaban temblando, me miré al espejo y sonreí de lo ridículo que me sentía, quizá solo eran los nervios del momento, ya que hoy me había decidido en decirte cuánto te amo, en decirte si querrías estar conmigo como pareja.
Todo lo había planeado desde hace ya tiempo, y para suerte mía, hasta ahora todo ha ido de maravilla.
Miro la hora en mi reloj, al darme cuenta que eran las 4:10pm me miró rápidamente en en espejo y bajó corriendo las escaleras, la emoción que siento es indescriptible, mi estómago se revuelve cada vez que pienso en ti.
-Al final terminaste diciendo que si...
Susurró Sam entrecortado.
-También te traje esto...
El chico de piel blanca, ojos marrones y cabello castaño, mejor conocido como Sam, con sus torpes manos logró sacar una pequeña cajita color miel.
-Este fue el anillo que te di cuando nos comprometimos...claro, yo tengo el de cada uno puestos.
Inconscientemente le enseña a la lápida su mano izquierda, en la cual en uno de sus dedos se encontraban dos anillos dorados exactamente iguales.
Sam se rió de lo absurdo que le pareció la escena y se rasco la nuca.
Recuerdos de aquellos días le inundaron.-¿Sabes?, me hubiera gustado ver más estrellas contigo Sam...-Susurro sin fuerzas la castaña de ojos esmeralda mientras se recargaba en las piernas de Sam.
-¿Porque dices eso?-Le preguntó dulcemente Sam.
-Lo lamentó tanto...
Sam dejó de mirar las estrellas y contempló el rostro de la castaña de ojos esmeralda, la cual cual empezó a cerrar lentamente sus ojos.
-¿¡Alexa!?, ¡Oye, no cierres los ojos!-Gritó Sam con lágrimas en los ojos -¡No me puedes hacer esto...!, ¡Alexa!.
Bruscamente y con lágrimas en los ojos empezó a sacudir a la castaña de ojos esmeralda, los cuales ya no se podrían apreciar.
Y él sabía que ya nunca los podría volver a contemplar y sabría también aquel día en el parque que ya nada volvería a ser como antes.
Suspiro y viendo la hora de su reloj viejo decidió enderezarse y colocar las orquídeas frente a la tumba, en la cual se encontraba la foto de una chica más joven de piel morena sonriendo hacia la cámara, mientras que su cabeza era cubierta por un pañuelo color azul cielo, y unos hermosos ojos color esmeralda le acompañaban achinados por la gran sonrisa en su rostro.
-Creo...Creo que ya debo de irme...
Le dice Sam torpemente a la lápida mientras miraba a un punto indefinido.
-Feliz Aniversario.
Termina diciendo mientras el atardecer se marchaba a su lado.
-ME.
Quiero decir que este es el comienzo de un gran camino... Bai.