YA NO TE QUIERO ©.

II.

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CAPÍTULO 2

El que es celoso, no es nunca celoso por lo que ve; con lo que se imagina basta.

- Jacinto Benavente.

El tiempo se ha detenido por unas milésimas. Y el aire se ha atascado en mis pulmones.

- ¿Estás bien? -oigo como se acerca y me apresuro a cerrar el grifo. Clavo mis ojos en el reflejo asustadizo que me devuelve el espejo. Inspiro profundo y me doy la vuelta. Carraspeo antes de hablar. Tengo la garganta ácida.

- Sí... -titubeo- me ha debido de sentar algo mal. Tengo el estómago algo revuelto. -él frunce el ceño acercándose a mí, posa su mano sobre mi frente y al asegurarse de que mi temperatura es normal la desliza acariciando mi mejilla.

- Prácticamente hemos tomado lo mismo durante el día, mi niña.

- No sé... -paso mi mano por el cuello.

- ¿Estás tomando con precaución la píldora? No vaya a ser que estés embarazada y me hagas padre tan joven. -bromea sonriendo de lado. Golpeo su hombro con cariño y me abrazo a él ocultando mi cara en su pecho.

- Sí. Solo será alguna de esas gripes estacionales que están rondando con la bajada de las temperaturas.

- Pues tocará vacunarse entonces. -frunzo mi nariz ante la mención de las horrorosas agujas. Juntos volvemos a la cama y arropada entre sus brazos aprieto los ojos intentando bloquear cualquier pensamiento.

- Estás tiritando. -dice Víctor apretándome entre sus brazos.

- Tengo frío. -miento. Aprieto los dientes y trago duro. Besa mi frente y frota mi espalda y los brazos. Embriagada por su aroma consigo conciliar el sueño de nuevo.

La neblina iluminada por la luz rojiza del sol derrama su belleza por todo el cielo. La luz se dispersa, los detalles desaparecen y las formas cobran fuerza dando paso a un bello amanecer.

Nada más levantar de la cama me doy una ducha de agua caliente para despejarme que aunque logra relajar mis músculos, lejos de activarme me adormece. Después de un largo rato secando mi pelo, escojo unas leggings de cuero negro con un jersey ancho de punto granate junto con unos mocasines oscuros con plataforma.

Los años de instituto, universidad y sobre todo del trabajo, son una etapa de nuestra vida en la que más gente conocemos por ello es importante para nosotras transmitir una imagen cuidada por lo que con pereza me dejo caer en el pequeño asiento frente al tocador blanco al estilo country, y como bien me ha enseñado Judith me aplico una capa de base del tono de mi piel. Con ayuda de un corrector cubro los signos de cansancio de mis ojos para despejar la mirada y doy algo de rubor a mis mejillas. Para los ojos, me aplico una capa de rímel desde la raíz a las puntas, para finalmente aplicarme simplemente un gloss transparente a los labios. ¡Et voilà! maquillaje natural, rápido y sencillo. Hecho sobre mis hombros mi cabellera y con una sonrisa me enfrento al silencio sepulcral de primera hora de mañana.

En la encimera de la cocina descansa una bandeja con un sándwich de tomate y queso fresco, zumo de naranja y un yogur natural. ¡Que mono que es mi chico! Añado tres cucharadas de cereales al yogur y engullo mi desayuno recomponiendo el combustible necesario para afrontar el día con las energías necesarias mientras que escucho algo de música que emiten por la radio.