Habían pasado 3 días desde que Mabel salió de prision y para Dipper a sido una tortura. Ella es básicamente una presumida y caótica chica que tiene una obsesión con Gideon y con el diario numero dos. La buena noticia es que no podrá salir de casa hasta.... Nunca.
— Disculpe... ¿Le sirvo más café?.— Preguntó la mesera.
— Ah, si por favor.
Dipper estaba en una cafetería, en un gabinete a lado de la ventana, estudiaba el diario dos que le robo a su hermana mientras se quejaba de la vida y de Pacífica. Llevaba unos lentes de sol para que no lo reconocieran, y hasta ahora había funcionado, al parecer todos tenían un rencor hacia los Pines excepto al Tío Stan y si revelaba su identidad de seguro habría balas de escopeta por doquier.
— Aquí tiene... Sus chilaquiles y jugo de Naranja.— Dijo la mesera mientras le entregaba sus platos.
— Ah, Gracias... huele rico.
Mientras comía, leía el diario una y otra vez, tratando de buscar algo interesante o importante. Jamás había leído este número, solo la portada ya que Gideon se lo presumía a cada rato.
— (Suspiro)... Esto no tiene sentido, Tío Ford dame pistas... Cuando vengas de seguro ya seremos los Chilaquiles de Bill.— Le dio otro bocado a la comida.
Cuando terminó su comida alguien se sentó al otro lado del gabinete.
— ¿Que pasó?.— Le pregunto Dipper a Robbie.
— Jajaja... Amigo, ¿Quien eres?.— Pregunto mientras se acomodaba.
— Este... Pues yo Dipper.— Respondió como si fuera lo más obvio del mundo.
— No me refiero a eso, Idiota.
— Entonces...— Bebió de su jugo.
— Me refiero a ¿Que te pasó?, Obviamente eres tú, pero algo cambio en ti. Como si te poseyera la mitad de un fantasma pero bueno sigues siendo tú.— No se entendió ni el mismo.
— Serias un gran filósofo.— Respondió haciéndose el gracioso lo cual hizo que Robbie hiciera muecas.— Bueno... En realidad no sé si decirte la verdad. No me das mucha confianza.
— Sabes... Yo tampoco te tengo confianza, prácticamente te iba a golpear hoy pero esta Wendy y Pacífica me gritaron diciendo que ya eres otra persona... Y aquí me tienes.
— Ja... Vaya, es divertido ver cómo los hombres caemos en los encantos de las chicas.— Pidió la cuenta y volvió hacia el.— Mira... Te daré respuestas fuertes con el paso del tiempo, por mientras te daré las "¿Estás drogado?".
— ¿Que?.
— Hasta ver que eres de confianza, te daré toda la información que necesitas pero por ahora confórmate con esto.— Robbie empezó a hacer muecas de "¿aceptó o no acepto?".
— Mmmm... Bien, de acuerdo. Dámelo tigre.
— Muy bien.... Soy un Dipper de otra dimensión que poseyó el cuerpo de este Dipper, los únicos que lo saben son Wendy, Pacífica y Gideon. Un dorito trata de conquistar mi dimensión de nuevo pero con la ayuda de los otros Doritos. Solo sé que el Dorito azul está aquí y tengo que encontrarlo antes de que el Dorito amarillo lo haga. Ah... Y también, un ser me dio el 15% de su poder.— Termino con una sonrisa.
— Okay.— Se paro y se fue pero no pudo cruzar la puerta.
— Vaya vaya... Miren quien es, es Robbie Valentino.
— Ay no, ¿Que quieres?.— Respondió retrocediendo y sin miedo.
El tipo era irreconocible para Dipper, era alto y fuerte... Era uno del equipo de Fútbol americano. Mientras avanzaban fueron apareciendo otros tres igual de altos y fuertes.
— Bueno... ¿No recuerdas lo que te dije?. No te quiero aquí, en este lugar.— Respondió mientras le ponía un dedo en su pecho.
— Ay no puede ser...— Exclamó Dipper mientras terminaba su jugo.
— ¿Y qué quieres que haga huérfano?.— Expresó Robbie mientras lo empujaba.— No es mi culpa que a mí si me quieran y tú tengas la envidia de eso, no hay donde comer además.
— Sssss...— Expresó Dipper a lo lejos.
El tipo lo agarro y se empezaron a pelear como locos en busca de comida. El tipo le dio un golpe en la cara de Robbie y lo tiró, el se cubrió la cara para que no terminará irreconocible pero el tipo golpeaba fuerte y lo lastimo aún más, para su acto final agarro su cabeza y lo aventó a la mesa grande de la cafetería, lo hizo una y otra vez. Lo quería matar.
Dipper se paró y trató de detenerlo pero el tipo lo empujaba para que pudiera seguir.
— ¡Oye amigo ya es suficiente!.— Trató de jalarlo pero el sujeto le golpeó la cara.
— ¡Lárgate Renacuajo!.— Le gritó y siguió.
Dipper se enojo y lo agarro del cuello.
— AAHHGG!!.— Gimió.
Lo aventó a la pared con fuerza para que pudiera ver sus ojos, ya que el golpe hizo que sus lentes se cayeran.
— Buen trabajo idiota.— Provocó pánico.— Acabas de cavar tu propia tumba.
— Ja ja... Miren esto.— Dijo haciéndose el rudo pero estaba muerto de miedo.— Es el imbecil de Dip-.— No termino la oración porque Dipper le golpeó el pecho y voló hasta chocar con la pared del otro edificio.
Dipper puso la mira en sus acompañantes y ellos de igual manera trataron de hacerse los rudos, el se fue acercando a ellos y un tipo con lentes se paró y le aplaudió.
— Vaya vaya...— Era presumido.— Es el "Sin futuro" Dipper Pines que ale-.
— Piérdete.— Dipper le pego con el dedo y voló hacia una mesa, se quedó en frente de los tipos y los miro con rabia.— Lárguense Mariquitas.
— Qu-Qu- Que.— Dijo un futbolista americano muerto de miedo.— ¿Crees que nos darás miedo?.— Dijo antes de que Dipper lo empujara y saliera disparado hacia un auto y destruirlo.
— Mmm... Yo creo que si.— Dijo sonriendo.
En lugar de correr se desmayaron y eso lo tomo como una victoria. Fue al lugar donde se encontraba Robbie tratando de levantarse.
— ¿Estás bien?.— Preguntó Dipper mientras lo ayudaba a levantarse.— ¿No fue grave?.
— No... Estoy bien, Descuida.— Afirmó.
— Vaya... Tus novios se ven buena onda ¿eh?.
— Cállate imbecil.
— Bueno este...— Todos lo estaban mirando.— Conserven el cambio.— Dicho eso, abrió la puerta y se fue.
Saliendo Robbie lo siguió corriendo.
— ¡Oye Espera!. Gritó mientras lo perseguía.
— ¿Eh?, ¿Que pasó?.
— Bueno..— Inhalo.— Necesito que me digas todo de nuevo, porque estoy en shock básicamente.
— Okay... Como ya te dije, soy de otro lugar, poseí este cuerpo, los doritos dominarán el mundo, y fin.
— Ja... Creí que sería más profundo.
— Ah no, de hecho lo es, solo que lo sabrás con el tiempo y eso si te lo ganas.
Empezaron a caminar.
— Sabes, creo que me agrada más este Dipper.— Afirmó Robbie.
— Si, también este Robbie.
— ¿Como era yo? ¿Me odiabas?.
— Bueno.— Repaso Dipper los momentos con el.— Eras como la Wendy de aquí, la diferencia es que eras un mal perdedor, y un cobarde, y si no me agradabas.
— Ja... ¿Ejemplos?.
— Nosotros íbamos tras la misma chica, tú me ganaste... Pero al parecer hacían lo que tú querías, no lo que ustedes querían así que ella cortó contigo, luego tu manipulaste su mente, te detuve... Creo que ella te pego y luego ella me dejó de hablar y luego lloraste como por 3 semanas y te fuiste a vivir en un cementerio y cavaste una tumba para ti.
— Vaya.... Es una gran diferencia, nuestra Wendy es amargada, a veces lista otras veces tonta, es capaz de matarte con tan solo un empujón, algunas veces es una mala perdedora eso si, y como que siento que ella y Pacífica no se agradan mucho.
— Mmm... Puede ser, ¿y como era yo?.
— Eras un presumido, siempre retabas a Gideon a alguna clase de tontería, daba pena ajena.
Dipper hizo una mueca de "Ufff.... Aguántalo".
— ¿Me hacia el ridiculo yo solito?.
— Ah no, Gideon le entraba a tu mundo de cocaina, eso si era muy vergonzoso.
— Jajajaja... Quisiera grabarme, ¿Y Pacífica me tiene algún rencor?.
— Creo que si.— Se limpio la nariz, le empezaba a salir sangre.— Siempre coqueteabas con ella, a veces te salía pero la arruinabas de un modo espectacular.
— Mmmm... Al parecer era demasiado bueno para ser verdad.
— Si, oye... ¿A donde vamos?.— Pregunto al ver que entraron a un bosque.
— Ah, a ver a mi tío y a los chicos.
— ¿Para?.
— Quiero pedir prestado su libro, tal vez me ayude a buscar información.
Al llegar, ambos tocaron la puerta y esperaron.
— Oye... ¿Tu Wendy es sexy?.— Pregunto Robbie.
— Ambas lo son.— Contestó orgulloso.— Solo cambiaron Psicológicamente pero físicamente... Ufff perfectas.
Ambos fueron un rato, luego escucharon pasos acercándose a la puerta.
— Si... ¿Que se les...
— Hola Pacífica, voy a entrar.— Sonrió Dipper.
Pacífica trato de cerrar de golpe pero Dipper la detuvo.
— ¡¡LÁRGATE IDIOTA!!.— Gritó.
— ¡Ay vamos!.— Respondió mientras sostenía la puerta sin hacer mucho esfuerzo.— Solo quiero el libro.
— Pacífica... ¿Que no me gritaste que el ya era otra persona?.
— ¡NO ES- ¡NO ES POR ESO! ¡LÁRGUENSE!, ¡IREMOS AL MINI GOLF!.
— Pacífica ¿Quienes son?.— Era la voz del tío Stan
Pacífica gritó del susto y se resbaló, pero Dipper y Robbie la atraparon antes de caer.
¡Wow! Pacífica ¿Estás bien?.— Dijeron ambos.
Ella se sonrojó mucho al verlos de frente, empezó a tartamudear demasiado y a llorar.
— Oye... Se que casi te caes.— Habló Dipper.— Pero tampoco era para que vieras tu vida pasar frente a tus ojos.
Eso solo hizo que se volviera más roja, al regresarla a su lugar, lo único que hizo fue repetir cien veces la palabra "Yo" y salir corriendo.
— ¿Estará bien?.— Pregunto Robbie.
— Si, al parecer solo vio a dos ángeles caídos.— Bromeó.
Entraron a la cabaña, y esperaron al tío Stan, cuando bajo se sorprendió mucho al verlos.
— Chicos... ¿Que demonios hacen aquí? Robbie no es tu turno, vete a casa antes de que te meta un tubo por el trasero y tú.... ¿Que haces aquí?, ¿Que no tú loca hermana salió de prision?.
— Ah si, solo que parecía un manicomio ahí, así que salí a buscar un libro.
— ¿Que libro?.— Era Gideon, asustado.
— Hola Gideon... Creo que ya sabes cuál es.
Gideon observó el ambiente, era raro ya que Robbie y Stan no mostraban miedo.
— Robbie... ¿Que haces aquí?.
— Lo acompañó.— Señaló a Dipper.— Es un pan de Dios.
— ¿Desde cuando se llevan bien?.
— Desde hoy.— Afirmó Dipper.
Al escuchar eso, el tan solo se fue hacia el auto y dejaron a los tres incómodos por un rato.
— Bueno como sea.— Dijo Stan.— ¿Que libro buscas niño?.
— Es uno con una mano de seis dedos y con un tres pintado al frente.
Stan se quedó con cara de "¿Que demonios?" Y luego habló.
— Es.... ¿Un libro sobre los efectos de la mariguana?.
— No... Ay Dios, ¿me puedo quedar un momento en la cabaña?.— Pregunto frustrado.
Stan miró a Robbie y él asintió.
— De acuerdo... Pero si veo que la casa está destruida, les meteré las puntas de mis botas recién horneadas en sus anos ¿entendido?.
— ¡Si señor!.— Afirmaron ambos como soldados.
Se fue con los niños, cantando "la canción de la hoguera", Gideon siguió el ritmo y Pacífica se les quedo viendo por un rato, cuando ambos la miraron ella se sonrojó como agua de Jamaica y se dio la vuelta lo más rápido posible.
— Es una ternura ¿no?.— Dijo Robbie.
— Si... Bueno, voy a buscar el libro.
Robbie sacó su celular con mucha alegría y llamo a un amigo.
— Si... ¿Hola?. Soy yo, oye... Hoy si se puede, llama a los demás.
— ¿En serio te gusta que te metan cosas por tu ano?.— Preguntó Dipper Riéndose.
— Cállate idiota, ¿Porque lo dices?.
— Básicamente vas a hacer una fiesta con alcohol y toda la cosa.
— ¿Que te hace creer que van a romper las cosas?.
— ¿Que te hace creer que no?.
Robbie se quedó callado ante tal acierto pero luego reaccionó.
— Es un carga que debo llevar en mis hombros.— Dijo con honor.
— Ay... Estás dependiendo de un hiló, mejor me voy antes de que yo también este en la cuerda floja.— Subió las escaleras rápidamente y busco por todo el cuarto de Pacífica y Gideon el Diario.
Lo encontró debajo de la almohada de Pacífica y se acostó en su cama, sacó el libro dos y siguió con su travesía original.
Ya habían pasado horas y el no se había dado cuenta hasta que alguien entró.
— Hola...— Era Wendy.
— Oh, Wow ¡Wendy!, ¿Que haces aquí?.— Estaba perdido.
— Robbie me invitó tonto.— Se dejo caer hacia la espalda de Dipper.
— ¡Aaayyyy!!... Ten piedad.
— Sanas rápido, no lloriquees.— Regaño.— Bueno, ¿Y qué haces?.
— Buscó algo de Bill, al menos algo de ellos.
— ¿Ellos?.
— Si, son tres... Hasta ahora solo me falta uno y es el más peligroso. Pero no hay nada aquí.
— ¿Intentaste con esa luz que revela la tinta trasparente?.— Pregunto cansada.
— ¿La luz fluorescente?.
— Si, exacto... Bueno, creo que si.
— No... No, para nada.— Se volteo para ver a Wendy a la frente.— ¡Wendy!, ¡Eres una genio!.
Wendy se ruborizó al verlo de cerca.
— Ah... ¿En serio?.
— ¡Claro!, ahora solo necesito encontrarlo...
Busco por debajo de la cama pero no encontró nada, luego Wendy tocó su cabeza.
— Tonto...— Volteo a verla y le mostró lo que quería.— Estaba en la esquina.
— Oh Dios, me sorprendes cada día...— El la miró a los ojos y eso provocó que Wendy ya no lo aguantara más, así que lo agarro de la cabeza y...
Lo besó.
Dipper entró en pánico y no sabía qué hacer, pero luego se dejó llevar y le siguió. Wendy lo aventó para que estuviera acostado y continuaron besándose, el le acarició la cintura y le quitó su suéter, ella le quitó su camisa negra y siguieron besándose, Wendy empezó a moverse y Dipper empezó a sentir escalofríos poderosos. Le quitó la playera que llevaba Wendy y acaricio su piel, que era demasiado suave y a ella le gusto esa sensación así que se quitó el brasier y lo último que vio fue... Que sus pechos brillaban, mostraban una luz, una luz que lo llevaba a un camino. Ese camino lo llevaba hacia la entrada hacia el cielo... Tenían unas rejas muy hermosas, escuchaba a ángeles haciendo acapella y a personas gritando "Wooo, Bien hecho campeón, moriste con honor." El con orgullo levanto sus brazos y camino como si fuera "Una súper estrella", pero antes de cruzar las rejas del cielo, escucho una voz.
— Oye... Tu si que aprovechas tú tiempo.— Esa era una voz conocida.
Giró lo más rápido que pudo y era Bill Cipher con su bastón quemándose de fuego azul.
— ¿Que demonios?.— Se asustó.
— Sabes... Esta bien que busques al tercero de una vez ya que aún tienes tiempo.— Aclaró Bill.— Si quieres te digo de una vez sus características.
El ambiente cambio a uno más tétrico, tenía escenas importantes en la vida de Dipper, la mayoría no las distinguía pero las otras eran algo perturbador. Del lado izquierdo estaba Mabel de 13 años llorando mientras sostenía un cuerpo.
— ¡¿PORQUE?!.— Gritaba, estaba sufriendo.
Del lado derecho estaba estaba Bill en su forma humana, acariciando el hombro de Mabel, ella tenía los ojos de Bill y ambos le estaban sonriendo macabramente.
— ¿Ves esto?, Es genial ¿no?.— Dijo Bill.— ¡Eran nuestros momentos de gloria!.
— ¿Porque carajos me muestras esto?. Dijo preocupado.
— Para darte una idea....— Se escucho un trueno, un rayo cayó a lo lejos pero deslumbró el cuerpo de un ser... Que casi provoca el fin de la vida, Cthulhu.— Esto es lo que yo hice ¿verdad?. Pues déjame decirte que esto... Para el rojo no es nada. Esto es un juego de niños para el, hasta yo me sorprendí al ver lo que este Bill es capaz de hacer.
Dipper contempló todo el lugar con terror, atrás suyo estaba el momento en que Mabel soñó que ella lo asesinaba y terminó perturbada durante días. Ella básicamente lo ahorcaba, pero lo hacía porque Bill lo poseyó.
— ¡Dios! ¡Bill! ¡PEDAZO DE MIERDA!, ¡Si es cierto lo que dices!, ¡el es capaz de asesinarte y destruir el universo!.
— ¡EL ES CAPAZ DE MATARSE SI ESO HACE QUE MUERAN SERES VIVOS!.— Empezó a reírse .
— Si lo haces... Posiblemente no puedas salir del Limbo durante mucho tiempo, te obligaré a matarte.— Gruñó Dipper.
— ¡ESTO ES UN JUEGO NIÑO!.— Aclaró Bill.— Si encuentras al azul y lo alejas de mí antes de que llegue, no seguiré con la fiesta... ¡PERO SI LO ENCUENTRO TENDRÁS QUE CONFORMARTE CON LA CANTIDAD DE MUERTES QUE HABRÁ! Y déjame asegurarte ¡QUE SERÁN DEMASIADAS! ¡HASTA YO PUEDO ESTAR EN ESA LISTA!.
Dipper vio todo de azul, eso significaba que estaba listo para mandarlo a volar pero antes de hacerlo, despertó.
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Reverse Falls
FanfictionDipper Pines con quince años de edad, decide viajar a otra dimensión para descubrir los otros Bills que había, ¿qué trama Bill?, también se topará con algo inesperado. Creo que tiene sentido que el tío Ford lo haya llamado "Reverse" Atención: Dipper...