Why don't you look at me?

Capítulo 3

Sé que me tardé bastante en seguir, tuve problemas ya que me vine de intercambio y no tuve internet un tiempo además que las tareas me tienen muerta.
Pero aquí está ya el capítulo siguiente y...
El link de la traducció  de la canción de este capítulo:
http://www.songstraducidas.com/letratraducida-Take_me_over_587233.htm

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Amor miró a Muerte mientras éste la veía prestándole mucha atención.

-No es que nosotros te odiemos, ni que te hayamos odiado antes. Es... es sólo que hay una extraña aura alrededor de ti. De alguna forma es distinta a los demás... -Amor habló, un poco dudosa al no saber si lo ofendería o algo parecido. Tenía su taza de té en sus manos pero no bebía nada de ésta aún. La dejó sobre la mesa y miró a Muerte-. No quiero que pienses que te odiamos... más bien, creo que quizás fuera... miedo. Tú sabes, como... miedo a lo desconocido...

Muerte dejó salir un suspiro. Lo que acababa de decir lo comprendía. Bajó su rostro para evitar mirar a la pequeña diosa a los ojos.

-Lo entiendo... de hecho, yo mismo tengo miedo de mí. O bueno, por un tiempo ese miedo desapareció al... pasar tiempo con Vida... pero antes de eso yo mismo sabía que había algo diferente en mí- miró hacia su taza guardando silencio por un momento-. La verdad... Vida había ayudado que ese miedo se fuera...

Amor se mantuvo observando a Muerte mientras lo escuchaba hablar. La forma en que hablaba era triste y se notaba el dolor en su voz. La diosa sólo podía pensar en cuán especial e importante pudo haber sido Vida para Muerte si incluso había sido capaz de ayudar a aquél dios de una forma tan profunda. Aún si ahora el mismo Vida evitaba su compañía.

-Si... de algo te sirve... puedes venir a hablar conmigo tanto como lo desees, y si tienes problemas o te sientes mal, yo siempre aceptaré escucharte- extendió una mano colocándola sobre la de Muerte, mientras le dedicaba una cálida sonrisa.

-¿Y qué pasa si después tú también me olvidas...? -preguntó el otro mientras la veía.

-Muerte... las cosas no suceden de la misma forma más de una vez... no creo que vuelva a pasar algo como eso.

-Pero no lo sabes...

Amor dio un ligero suspiro y apretó suavemente la mano del otro. Volvió a sonreírle mientras le hablaba con una voz amable.

-De verdad, no pasará. Y no quiero que sigas sólo dando vueltas por todo Ithis como si dentro de tí estuvieras esperando tanto que algo suceda...

Muerte se quedó mirándola con los ojos bien abiertos. Era cierto que se daba vueltas por Ithis y que realmente esperaba que algo bueno por fin pasara, pero no sabía que la pequeña diosa se había dado cuenta de ello.

-¿Qué dices entonces? -Amor preguntó mientras aún le sonreía.

Muerte no estaba seguro de si debía aceptar o no, pero aunque quisiera negarlo, al haberse acostumbrado a la compañía de Vida, ahora deseaba que esa compañía volviera, pero al ser obvio que Vida quizás nunca o al menos en mucho tiempo no regresaría a él, la compañía de otro dios no parecía ser una mala idea.
Dejó escapar un suspiro de entre sus labios y sonrió apenas notable.

-Creo... que podría aceptar eso.

Al decir eso, Amor miró emocionada al otro y su sonrisa se amplió. Aunque antes lo hubiera evitado y temido, ahora de verdad anhelaba poder ayudarlo.

-¿Sabes? Tenía pensado hacer una pequeña reunión con los demás aquí. Estás invitado, Vida también lo está y seguramente vendrá. Podrías intentar pasar tiempo con él así. Sería mejor que estar a solas con él ahora o encontrarse solamente durante su trabajo, ¿no crees? -Amor miraba al otro esperando por una respuesta, pero deseando que aceptara su invitación.

-No lo sé... -Muerte se quedó pensando, no estaba seguro si eso era una buena idea o si terminaría mal.

-Oh, vamos. Estaremos todos, ¿qué podría pasar?

El dios siguió en sus pensamientos. Quería aceptar la oferta pero no sabía si Vida estaría de acuerdo con que él fuera. Amor notó que lo pensaba demasiado y dio ligeros golpecitos en su mano.

-Mañana, aquí, después de la reunión -fue lo único que dijo mientras sonreía-. Más te vale que no faltes.

Muerte la miró y sonrió ligeramente. Había sido invitado por la diosa, y para su sorpresa, parecía ser tan insistente como aquél dios que ahora ya ni lo recordaba.
Dio un suave suspiro y sólo se limitó a asentir ligeramente.